Días 812 y 813 (4 y 5/2/2012): Primer susto

Dos días muy intensos, especialmente una noche. Viento, mar y spinnaker no nos han dejado descansar mucho, además de darnos un buen susto, llevando nuestra adrenalina al límite.

La noche de viernes a sábado fue tranquila, si recordáis el último reporte navegábamos a motor por ausencia de viento, en contra de toda estadística o previsión. Como era lógico, Eolo no tardo mucho en enviarnos su soplido, justo antes del amanecer hizo acto de presencia.

Con las primeras luces izábamos trapo, mayor completa y spi para festejar los 18 nudos del Estesudeste con los que nos obsequiaba tras una encalmada de casi 24 horas. El Bahari asumió su rol en el equipo y se puso a cabalgar sobre las olas como tratando de recuperar el tiempo perdido.

No pasó mucho tiempo hasta que se iniciaron las fluctuaciones en intensidad del viento. En navegación oceánica son habituales los ciclos de rachas-recalmones, ya nos pasó en el Atlántico y es un fenómeno que conocemos, el problema es que en este caso, durante los periodos bajos, el viento se queda en torno a 10 nudos, sin embargo el tamaño de la ola se mantiene estable como en unos 2 metros, lo cual complica bastante la navegación por los continuos bandazos y la tendencia de las velas a no trabajar correctamente.

Durante todo el día del sábado no pudimos separarnos del spi, el que estaba de guardia se convirtió en su niñera, le dábamos constantemente lo que necesitaba (más o menos escota, braza, orzar, caer, etc.) y cuidábamos de que no se hiciera daño (enrollándose en el estay o sobre sí mismo), afortunadamente que no expulsó ningún tipo de residuo, porque si no ya nos habríamos ya mosqueado 😉

Así transcurrió la jornada, era gracioso, de vez en cuando se escuchaba al que estaba con él hablarle con la dulzura con la que se hablaría a un recién nacido, o maldecirlo recordando a toda su estirpe, ese era el termómetro para saber si sus travesuras eran suaves o se pasaban de la raya.

En cualquier caso nos seguía impulsando, recorrimos 160 aceptables millas, con una media de velocidad durante las 24 horas de 6,60 nudos, un pico máximo registrado de 11,30 nudos y 8,92 nudos mantenidos durante un tramo superior a media hora.

La noche del sábado al domingo, como bien se sabe, es noche de distracción. Supongo que los elementos, conocedores de la situación, y de que nos encontrábamos a más de 1.800 Km de la tierra más cercana, se encargaron de organizarnos una buena juerga.

Poco después del ocaso comenzaron a verse chubascos en el horizonte, inicialmente no parecían especialmente virulentos, apenas aparecían en el radar y los primeros no trajeron más que un poco de lluvia, pocos cambios en el viento.

Bien entrada la madrugada se produjo el primer aviso, uno de ellos trajo rachas de unos 25 nudos, el barco se fue de orzada y la escorada fue monumental, los obenques casi tocan el agua (vamos, casi volcamos por completo), pero conseguimos controlarlo largando mayor y arribando (llevando el viento a nuestra espalda).

Un par de horas más tarde ya no fue un aviso, fue un buen susto, otro chubasco nos alcanzó, esta vez con viento de más de 30 nudos. En esta ocasión los obenques si probaron el agua, quedamos prácticamente con el mástil horizontal, largamos mayor y tratamos de arribar, pero era incontrolable, no pudimos evitar la trasluchada involuntaria, ¡la que habíamos liado!

Sabíamos que así no íbamos a conseguir salir, así que abrimos la driza del spi para que se fuera al agua, de allí lo recuperaríamos. Nos pusimos de popa para defendernos del chubasco mientras tratábamos de solucionar el problema. Fue muy complicado sacar la vela del agua, imaginaos «pescar» 100 metros cuadrados de tela mojada arrastrándola a toda velocidad. La guinda la puso la escota del génova que llevamos a modo de trinquetilla, flameaba tan fuerte que parecía como si alguien estuviera repartiendo golpes con un bate de beisbol a diestro y siniestro, tratábamos de esquivarla, pero cada vez que nos alcanzaba veíamos las estrellas. Por un momento me vinieron a la mente recuerdos de la noche que partimos el mástil, no fue una sensación agradable, a pesar de que la situación no era ni mucho menos la misma, siempre sabes que las cosas se pueden complicar.

No tardamos mucho en domar lo que parecía un caballo desbocado, con el spi en cubierta pudimos virar, comenzar a navegar en condiciones normales y controlar la situación.

Afortunadamente no rompimos nada, todo quedó en el susto, agotamiento (son momentos en los que das el 100% de lo que tienes) y una buena ración de golpes y magulladuras. Lo único que desapareció fue la veleta (la windex, la mecánica no la de la electrónica), ya no está, debió salir volando, es un pequeño problema porque no tenemos referencia de viento (la electrónica no marca bien), así que hasta que lo podamos solucionar de algún modo no queda más que el método tradicional de orientar la cara al viento.

Creo que cometimos un error, debimos arriar el spi en cuanto vimos chubascos en el horizonte, los hemos vivido ya mil veces y sabemos cómo se las gastan, pero nos confiamos en exceso. ¡Lección aprendida! Espero que no se nos olvide por mucho tiempo, porque podría haber tenido graves consecuencias.

La mañana del domingo volvimos a izar spinnaker, siguió caprichoso, aunque menos pesado que el sábado. A medida que ganamos latitud parece que el viento se estabiliza suavemente, dentro de lo que cabe.

Durante la jornada avanzamos 176 millas a una velocidad promedio de 7,39 nudos, con 12 nudos de punta máxima registrada y 9,57 de mayor media durante un tramo.

Al final del día nos encontramos en 23º 00′ S, 94º 12′ W. Llevamos recorridas 1.421 millas desde que zarpamos, seguimos rumbo Noroeste para bordear la zona de calmas situada al Este de la Isla de Pascua, todavía no tenemos la certeza de cuando podríamos llegar.

Confío en que esta noche sea más tranquila, mañana os lo cuento.

Sed felices.

Kike

7 Comments

  • A mal tiempo, buena cara y por lo que parece ya os habiais olvidado de lo «Pacifico» que es ese oceano.Espero que tengais los menos incidentes hasta la isla. Un abrazo muy fuerte.

  • Aunque Fernando de Magallanes lo nombró así,por sus aguas calmas, no siempre hace honor a su nombre,´porque también lo golpean huracanes, tifónes y por supuesto que los conocidos sismos…CUIDATE UN MONTÓN !!!!!!

  • Kike Joloc! Como están! En el mapita del itinerario día a día poniendo el zoom en la 7ma linea de abajo para arriba aparecen dentro del cuadro la posición del Bahari y la Isla de Pascua, todo esto para decir que ya están más cerca de cruzar su segundo océano. Felicitaciones aventureros!
    Abrazo
    Sebastián

  • Primo, ya nos habiamos olvidado de estas situaciones en el mar, afortunadamente todo ha quedado en un susto o «primer susto» (que esperemos sea el ultimo…)
    NOTA: este tipo de juergas , creo que no son nada recomendables… aunque sean en sabado.

  • Queridos marinos, estoy agotada solo de leer vuestro relato, ¿En que estaria pensando el Magallanes ese cuando le puso el nombrecito? Igual se habia tomado una tacita de «Cordial» mas de la cuenta. Sois unos montruos animo que desde aui os enviamos todas nuestras buenas energias Luis y Charo

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