Día 94 (16/02/10): Fuego a bordo

Hemos tenido un buen susto, pero afortunadamente sin consecuencias graves para ninguno de nosotros ni para el barco, os cuento como han sucedido las cosas estos días, es un texto largo, pero intenso a la vez.

Navegamos de Marina Hemingway a Varadero la noche del lunes al martes, en un principio íbamos a motor ajustando la velocidad para llegar de día, de repente se empezó a levantar el viento y a abrirse, de modo que nos permitía navegar a vela. Al inicio de mi guardia decidí apagar motor, los 5 nudos que necesitábamos los hacíamos perfectamente solo con el génova y la brisa suave que teníamos a un descuartelar. Progresivamente el viento fue subiendo y yéndose hacia el largo, se estableció en una intensidad de 20 nudos, así que no tuve más remedio que ir enrollando génova para ajustar la velocidad, acabé dejando 3 ó 4 metros de vela, y con eso andábamos lo suficiente. ¡Qué ironía! Cuando quieres ir rápido no hay viento o te viene de proa y cuando se trata de lo contrario aparece un viento excelente, navegar es así… Para amenizar la noche, además de tener que ir frenando el barco, de repente se puso a llover con una intensidad propia de estas latitudes, la dejamos caer sin lamentarnos por ello…

Varadero tiene dos marinas, una situada en el extremo de la península de Hicacos, donde están ubicados todos los hoteles y resorts, y otra en el interior de la Laguna de Malpaso, aproximadamente en la base de la península. Decidimos ir a la segunda por tener más garantías de calado, aunque tiene el inconveniente de que para ir a la playa hay que dar una gran vuelta para tomar un puente que cruza la laguna, además de estar un poco aislada.

Llegamos a la hora prevista, entrando por el estrecho canal, rodeado de muros de hormigón, que da acceso a la laguna, y atracamos en la marina. La primera cosa que nos llamó la atención fue la abundancia de peces por todos lados, un banco enorme de sardinas se movía entre los pantalanes, acechado por barracudas y otros depredadores que las hacían moverse de un lado a otro como si se trataran de un único organismo vivo. A simple vista y a poca distancia se ven lo que aquí llaman sábalos, con más de un metro de longitud y 25 kilos de peso, estuve tentado, pero no me atrevo a tirarles con el fusil de pesca submarina, seguro que si le doy pierdo el fusil, tiene que tirar con mucha fuerza, según dicen aquí en la marina todavía nadie ha sido capaz de sacar uno. Eso había sido hasta nuestra llegada, hoy hemos pescado uno de 1 metro y más de 10 kilos.

Tras descansar y comer algo fuimos a la zona más poblada de Varadero, Jose Carlos y Daniel querían entretenerse un poco haciendo kite surf y yo tenía que gestionar el modo para volver al día siguiente a la Habana, tras una conversación con la embajada Española nos confirmaron que debíamos presentarnos en la Oficina de Intereses de los Estados Unidos para gestionar un visado y poder entrar con el barco en el país.

Reservé un coche de alquiler, me pasé un rato a verlos como jugaban en la playa con la cometa y volví al barco a hacer cosas mientras ellos venían. En el momento oscurecía decidí conectar el barco a la corriente de 220V de puerto para cargar baterías, ahí comenzaron los problemas serios.

Nada más entrar al barco me di cuenta que algo no iba bien, las luces del cuadro eléctrico de 220 parpadeaban de una forma extraña, sin embargo no había saltado ni diferencial ni magneto térmico, de repente detecté un fuerte olor a quemado y un poco de humo salía de la sala de maquinas. Apagué todos los interruptores por si acaso, abrí la puerta frontal, una enorme masa de humo negro salió al exterior y mientras trataba de averiguar su origen pude comprobar con pavor como se iniciaba una llama al lado de unos cables eléctricos, rápidamente cerré para evitar que entrara aire y alimentara el fuego. Afortunadamente tenía muy claro donde estaban los extintores, los saqué fuera a toda velocidad y me dispuse a activarlos a través de una pequeña abertura con tapa corrediza que hicimos con este fin durante la reforma. Tiré de la anilla del primer extintor, ley de Murphy, no salía, tomé el segundo, tiré fuerte y esta si salió. En el momento iba a usarlo por el agujero de extinción la tapa lateral que está justo debajo saltó cayendo al suelo a poca distancia, comprendí lo que había pasado, ¡que mala suerte!, durante la última revisión de aduanas un joven funcionario la abrió para comprobar si había algo encendido, debió cerrarla mal y el aumento de la presión interior por la combustión la lanzó hacia fuera. No tenía muchas opciones ni margen de tiempo, así que de todos modos apunté hacia dentro y vacié por completo el extintor.

Todo el interior del barco ya estaba lleno de un humo denso, me costaba respirar y ver, es increíble la velocidad con la que se incendia algo, se prende lo que hay alrededor y se genera una cantidad inmensa de humo, hasta aquí no habrían pasado más de 30 segundos, tal vez menos.

Observando por la abertura que dejaba la tapa lateral no vi ningún resplandor, parecía controlado, mi tranquilidad no duró más de 3 segundos, de repente volví a ver la aterradora luz que producen las llamas cuando se incendia algo que quieres.

Puesto que el aire entraba libremente por la tapa lateral decidí abrir la tapa frontal para ver mejor el origen del fuego e intentar atacar su base, cuando la levanté y miré el mundo se me cayó a los pies, toda la sala de máquinas estaba ardiendo, las llamas eran enormes, no podía soportar el calor, apenas veía a un palmo de mis narices por el humo, no podía respirar, estaba solo, nadie en los barcos de alrededor que pudiera oír mis gritos y no podía sacar la anilla del último extintor que me quedaba.

En ese momento pensé que se acabo todo, no iba a ser capaz de controlar ese fuego, era demasiado grande y potente, llegue incluso a tener mis dudas si de un momento a otro podría desmayarme por todos los gases que estaba aspirando, pensé que ni el barco ni yo salíamos de esta, era el final de una bonita historia, que pena que tanto esfuerzo y tanta ilusión acabaran de esa forma…

Pero aquellos que me conocen saben que no soy persona que se da fácilmente por vencido, así que se me ocurrió un plan. Lo primero, y a la máxima velocidad que me permitían mis piernas y mis manos, fue abrir todas las escotillas y los portillos, para que se fuera el humo, el barco estaba completamente cerrado, ya que a lo largo del día había llovido en varias ocasiones, también decidí contener la respiración, si yo me desmayaba no podría resolver nada, mantenerme consciente era fundamental, para conseguir salvar el barco, y por supuesto para mí. Lo segundo cogí el extintor, fui a la cocina, saqué un cuchillo de sierra y con todas mis fuerzas intenté cortar el pasador, lo conseguí, vamos, lo partí por la mitad y casi me corto yo de la potencia con que lo hice.

Ahora quedaba lo más complicado, pero cuanto más tiempo pasara peor, así que «al toro», levanté la tapa frontal, las llamas seguían ahí, lástima, no se habían apagado espontáneamente, apunté y lo vacié por completo, si a la vez que hacia todo hubiese podido cruzar los dedos, lo habría hecho, pero vamos, lo hacía mentalmente, a la vez que me encomendaba a los dioses, era mi último cartucho, si esto fallaba ya era evidente que lo mejor era abandonar el barco y salir a pedir ayuda al exterior, pero ya con pocas posibilidades, en el momento la fibra se prende no hay forma de apagarla, solo cuando se hunde en el agua. Como las llamas, el calor y el humo no me dejaban mirar directamente, mientras usaba el extintor aparte la cara, cuando la volví para abrir los ojos y ver el resultado todo era una incógnita, cara o cruz, todo o nada, así es la vida a veces…

En este caso fue cara, comprobé con alivio que no quedaban llamas encendidas, aunque seguía saliendo gran cantidad de humo, el segundo extintor había sido efectivo, los dioses nos habían sonreído de nuevo, creo que no desean que nuestra odisea acabe tan pronto

Era el momento de salir a buscar ayuda, el fuego podría volver a reproducirse, no me quedaban más extintores y además, ya no aguantaba más tiempo sin respirar, y no quería aspirar más gases y humo, sentía una sensación extraña en los pulmones.

Descalzo, recorrí los 200 metros que habrá hasta el edificio de la marina en tiempos de clasificación para la olimpiada, estoy seguro. Apenas sin aliento, solo llegué a articular palabras sueltas a los vigilantes de seguridad que estaban allí concentrados: «ayuda, mi barco se quema, extintores, rápido» y volví al barco corriendo a la misma velocidad.

Cuando llegué el panorama era diferente, ya no había tanto humo en el barco y apenas seguía saliendo de la sala de máquinas, tomé una linterna y empecé a alumbrar en búsqueda de algún foco, no vi nada.

A los pocos segundos llegó una legión de vigilantes de seguridad armados con extintores enormes, se disponían a vaciarlos en el interior del barco conmigo dentro, me dio el tiempo justo de decirles – ¡quietos! No hagáis nada hasta que yo os lo diga (a ver si no me ha matado el humo ni el fuego y lo van a hacer estos con los extintores).

Observé atentamente durante un tiempo y nada, parecía completamente extinguido, no había síntomas de nuevos focos. Increíble la velocidad con la que había pasado todo, desde el inicio, hasta que estuvo completamente apagado habrían pasado 2 ó 3 minutos, a mi me parecieron horas, tuve tiempo de pensar tantas cosas, de experimentar tantas sensaciones, que no hay una proporcionalidad entre mi tiempo interno y el tiempo físico transcurrido en realidad.

A los pocos minutos llegaron Jose Carlos y Daniel, cuando se enteraron de lo sucedido quedaron muy afectados, al primer comentario negativo mi respuesta fue la contraria, éramos inmensamente afortunados, podría haber sucedido en cualquier momento, si no llego a estar en el barco y a reaccionar con rapidez con toda seguridad no se habría podido controlar el incendio.

Cuando empezamos a hacer una rápida inspección de los daños nos dimos cuenta que contrariamente a lo que parecía no había cosas graves, el aislante acústico de toda la sala de máquinas tenía una especie de tela de protección, esta había ardido por completo en la zona de inicio de fuego y en todo el techo, sin embargo el motor, potabilizadora, cargador de baterías y resto de equipos no parecían afectados, algunas fugas de líquidos, pero por los manguitos. Contrariamente a lo que pensaba ni quiera el interior del barco estaba negro a consecuencia del humo y la carbonilla, increíble desde mi punto de vista. El aspecto visual era malo, todo lleno del polvo de los extintores y con los restos de la tela quemada colgando como telas de araña, pero a simple vista nada importante.

Tenemos un ángel de la guarda, no sé quién o qué es, cada uno puede tener sus teorías (yo tengo la mía, pero es muy personal, los míos seguro que saben a quién me refiero) pero desde luego no es normal. Tenemos distintos amuletos, bendiciones y buenos deseos que nos ha ofrecido la gente que nos aprecia, aprovecho para agradecerlos, alguno de ellos está funcionando muy bien, o todos apoyan un poco a la vez, está claro que los Dioses (por denominar de alguna forma a un ente genérico que puede materializarse en muchas ideas, energías o creencias) por el momento nos apoyan.

Esa noche, durante la cena, abrimos una buena botella de vino y brindamos porque nuestra buena estrella continúe.

Os sigo contando mañana

Sed felices

Kike

16 Comments

  • Por Dios qué tensión!!! Por poco salgo corriendo a por un extintor!

    En serio primo, me alegro de que todo haya quedado en un susto y, creyendo saber cuál es tu teoría, te digo que la comparto y que lo pienso desde el principio de vuestra aventura.

    Por otra parte te digo, que aunque pase días sin escribirte, no nos olvidamos de ti; te sigo leyendo todos los días (bueno, los días que nos llegan comentarios), pero la vida en tierra no es tan entretenida como la vuestra.

    Ya nos contarás si este percance va a retrasar vuestros planes y su magnitud de desperfectos en el barco.

    Muchísimos besos!

  • Nada de los dioses. Es la Virgen del Carmen que tiene un manto que cubre mucho.
    Me dejas pendiente de conocer el origen del cortocircuito. Siempre que navego repaso mentalmente las posibilidades de incendio por problemas eléctricos u otros y descarto casi todas convencido que los distintos sistemas de protección son más que suficientes. Está claro que estoy equivocado. Cuando sepas algo más ya nos cuentas aunque parece tiene algo que ver con la conexión a tierra de 220V. Atento a las variaciones de tensión en Cuba porque son constantes. De hecho ellos suelen decir que en la Isla no tienen apagones de luz si no «alumbrones». Recibir mucho ánimo y un poco de pintura. Abrazos

  • Enrrique , tu y yo conocemos tu angel protector (No te abandonara),y por otra parte lamento el contratiempo sufrido, aunque lo principal es que no sufrierais ningun accidente personal que es lo principal (los desperfectos se pueden arreglar). Espero que tengais mejor tiempo. El miercoles me marcho 10 dias a Menorca y no se si te podre seguirte en ese tiempo.
    Recibe un fuerte abrazo y animo y otro para Jose Carlos y Daniel.

  • Mare meua tios!

    Me alegro mucho de que al final casi nada! De todas formas lo mejor es el temple que ya tenias sumado al que habrás adquirido a esta experiencia 😉 (bueno, tu y el resto de la tripu)

    Ya hablamos antes de irte que tenias probabilidades de que te pasara casi de todo!! Menos mal que esto se ha quedado en eso y de paso revises el proteger con ignifugo areas especiales.

    Venga un abrazo
    Ram.

  • Hola Enrique,

    Vaya susto, creo que tu serenidad ha sido fundamental, espero que los daños sean menores y rapida su reparación lo importante es que esteis bien,

    Un saludo solidario y afectuoso
    Javier Ochoa

  • NO HACE FALTA QUE TE LO DIGA….
    YA SABES QUIEN OS ACOMPAÑA…
    Y AUNQUE ESTE AÑO LOGICAMENTE NO ESTES, ( AQUI NO TE OLVIDAREMOS) ELLA ESTA CON TODOS.
    NO HA FALLADO NUNCA A NINGUNO DEL GRUPO… Y LAS HAN TENIDO GORDAS… PERO AHI ESTAN, NO PODIAIS SER UNA EXCEPCION.
    ESPEREMOS QUE SEA EL UNICO SUSTO DEL VIAJE, Y SINO QUE SE ACABEN IGUAL….
    ANIMO Y DISFRUTAD DE TODAS LAS EXPERIENCIAS AUNQUE SEAN ALGO PUÑETERAS COMO ESTA.

  • mare de deu
    Que caracter tan positivo tienes Kike, que acabas brindando después de casi morir de asfigsia… yo me habría pegado una jartá de llorar para empezar y luego habría pensado que me había mirado un tuerto… un abrazote y que no decaiga el positivismo….

  • En esas circunstancias yo hubiera hecho lo mismo, hace falta tener serenidad y arrojo ante un incendio yo pasé un caso parecido en una vivienda que no era mía , con lo que cuando una cosa es tuya la defiendas con valentía, que la Virgen del Carmen esté con vosotros. Teneís mucha travesía por delante y las precauciones siempre deben estar por encima de la rutina.

    Suerte

  • Hola chavales

    Joer con el fuego….enhorabuena. No creo en las casualidades y sí en los ángeles de la guarda…..el karma…jeje.
    Ahora a reparar, limpiar y recargar los extintores…y comprar otro, por si las moscas.
    Guillermo

  • Hola , afortunadamente todo ha quedado en una anécdota, una más para la bitacora.

    Lo importante es k estas bien y el barco tambien y podeis continuar.

    Me alegro mucho, algun lector no kiere k nos dejes de narrar el viaje , asi k a proseguir con la aventura oceanica.

    Saludos desde Zermatt. Willy BCN

  • Al igual que ha dicho la prima Mireia ¡¡por Dios que tension!! , si es que tenia el corazon en la boca…
    afortunadamente ha quedado en un susto (pero vaya susto) y formara parte de las anecdotas de esta apasionante aventura.
    NOTA: Como dirias tu primo ¡¡ por los Dioses que tension!!

  • Hola Jose Carlos que tal por ahí te sigo en la pag. por qui vino el Lama unos días a casa para hacer un curso todo muy bien estamos con muchos proyectos. Me cuesta mandarte mensajes igual no es lo mio pero bueno no es por los deseos si no por la velocidad con que todo aqui va. Sin tregua pero con mucho cariño e ilusión. Espero no sea nada lo del barco, mi corazón esta contigo. un abrazo Jaume campos padre e hijo

  • HAY, OMAITA, CHIQUILLO TENED CUIDAITO. PRIMO MI ARMA YO NO ESTOY PA ESTOS SUSTOS. CON EL PPROBLEMA QUE TENGO QUE ME LLEGAN TRES O CUATRO DIAS JUNTOS, NO VEAS LA TENSIÓN QUE PASA UNO. TOTAL LO QUE IMPORTE ES QUE VA A SER UNA ANECDOTA MAS Y PUNTO.
    QUE DISFRUTEIS, QUE TE LO MERECES PRIMAZO
    ¡¡¡¡¡EN LEBRIJA SE TE QUIERE UNA JARTA¡¡¡¡

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