Aventura Oceánica es una vuelta al mundo a vela que ha circunnavegado el planeta durante 4 años y un mes, exactamente 1.492 días, con inicio y final la ciudad de Valencia (España). La expedición combinó el deporte de alto nivel con el recorrido de los destinos náuticos más singulares del planeta. Bordeó los míticos cabos de Hornos y Buena Esperanza (la mayor dificultad a la que se puede enfrentar un navegante), atravesó los grandes océanos y recorrió paradisíacos lugares del trópico. Aventura Oceánica se diseñó como un proyecto 2.0, teniendo como características la interactividad y la participación activa, pretendiendo involucrar a todos los interesados en tan especial singladura.
Han sido muchas las experiencias vividas, desde la calidez del Caribe hasta el frío ártico de la Patagonia, la enigmática Isla de Pascua o la paradisíaca Polinesia, las aisladas y ancestrales islas del Pacífico Oeste o Micronesia, donde el tiempo se paró hace cientos de años, el exótico sudeste asiático, las remotas islas del Índico o África, el continente legendario.
Atolones, islas desiertas, palmeras, playas interminables, tribus aisladas, tiburones, ballenas, sol, viento y agua por todos lados han sido los protagonistas de esta navegación por los lugares más recónditos del globo terráqueo.
Innumerables aventuras de un sueño hecho realidad que podréis conocer en texto e imágenes a través de esta página web.
1492
días navegando
54000
millas recorridas
47
Países visitados
400
entradas de blog
No fue una decisión fácil, disfrutaba de una vida con todas las comodidades y un interesantísimo trabajo gestionando una empresa tecnológica, pero la pasión por el mar desde hace más de 20 años, y viajar, es un veneno contra el que no existe antídoto. El proyecto siempre estuvo en mi mente, un sueño que dudaba si se cumpliría por todas las complejidades que conllevaba. Una mañana decidí que jamás se llevaría a cabo si no hacía algo por el cada día, me puse manos a la obra, y tras mucho trabajo, el compañero adecuado, perseverancia y superar obstáculos que parecían insalvables, Aventura Oceánica se hizo realidad.
Supuso una apuesta muy importante a todos los niveles, personal, económico, laboral, etc. pero en la vida muchas veces lo urgente, o lo que esta socialmente establecido, no nos deja ver lo que de verdad es importante para nosotros, hay que cumplir los sueños, para eso vivimos, y en el fondo, nosotros mismos somos nuestra principal limitación.
¿Quién no se ha hecho una reflexión similar alguna vez? El deseo de viajar, de aventura, es intrínseco a la naturaleza del ser humano; La llamada interna a explorar y descubrir nuevos territorios ha sido históricamente un motor de progreso, a la vez que un camino visceralmente deseado de realización personal. Sin embargo, nuestro entorno, la sociedad, nuestro ritmo de vida, etc. habitualmente nos impide lanzarnos a cumplir esos sueños, por mucho que los llevemos en nuestro corazón.
Aventura Oceánica no es la primera vuelta al mundo a vela, ya en el siglo XVI Magallanes inició la primera, que tras su fallecimiento en combate durante la travesía culminó Elcano. Sin embargo si dispone de ciertas características que la diferencian de otras. En primer lugar su recorrido, tanto el derrotero elegido, como su sentido (este-oeste), hacen que presente la mayor complejidad a la hora de la navegación, son muy pocos los barcos que atraviesan los grandes cabos (en lugar de usar los canales de Panamá o Suez) y que navegan por las aguas que lo hizo el Bahari. Se primó la elección de rutas poco frecuentadas, que nos llevaron a increíbles paraísos rara vez visitados. Otra peculiaridad es su planteamiento como vuelta al mundo 2.0, de modo que en todo momento cualquier persona podía saber nuestra posición, conocer las experiencias que vivíamos, ver imágenes o contactar con nosotros.
En más de 4 años navegando se han sucedido innumerables situaciones de máximo riesgo, en las que a punto se estuvo de no contarlo: como una rotura de mástil tras cruzar Hornos, numerosos temporales, un incendio a bordo, un embarrancamiento, mercantes que casi arrollan el velero, arrecifes que no están en las cartas, ataques de piratas, etc.
Resulta increíble pensar que a día de hoy existen tantos lugares casi inexplorados, realmente espectaculares y en su mayoría desiertos. Es una realidad que se puede comprobar visitando los rincones más recónditos, y hacerlo en velero implica estar permanentemente envuelto en naturaleza, fundirte con ella, apreciarla, disfrutarla, y sobre todo, saber sobrevivir con y de ella.
Visitar 47 países permite conocer muchas culturas diferentes, gente que vive de otra forma, que tiene otra concepción de la existencia, tribus aisladas, personas cuyo día a día es el mismo desde hace centenares de años. La experiencia humana ha sido uno de los aspectos más enriquecedores del viaje, se aprende mucho de pescadores, ancianos, niños y personas de condición muy humilde. Una de las mayores lecciones es que no hay una relación directa entre bienes materiales y felicidad, y que los problemas a los que se da tanta importancia en esta época de crisis pueden ser irrisorios comparados con los que se suceden en otras zonas del mundo.
Parte del objetivo del viaje era compartir la experiencia, he tratado de hacerlo a través de mis escritos, imágenes, conferencias, entrevistas en medios, etc. Esta web es un medio excelente de reunir parte de esos materiales y generar un punto de encuentro para todos aquellos apasionados de la aventura, el mar, la naturaleza, el mundo subacuático o las culturas remotas, una adecuada plataforma para trasladar algunas pinceladas de lo vivido en esta grandiosa Aventura…