Aventura Oceánica circunnavegó el planeta durante 4 años y un mes, y no lo hizo siguiendo las rutas más comunes del trópico y los canales de Panamá o Suez, sino cruzando como un desafío deportivo los míticos Cabos de Hornos y Buena Esperanza (los lugares más peligrosos para navegar del planeta), a la vez que, en general, recorrió los lugares más remotos y deshabitados, como muchas islas y atolones de Polinesia, Melanesia, Micronesia e Indonesia.
Durante tanto tiempo navegando se sucedieron innumerables situaciones de máximo riesgo, en las que a punto se estuvo de no contarlo: como una rotura de mástil tras cruzar cabo de Hornos, numerosos temporales, un incendio a bordo, un embarrancamiento, mercantes que casi arrollan el velero, arrecifes que no están en las cartas, ataques de piratas, etc.
De igual modo, resulta increíble pensar que a día de hoy existen tantos lugares casi inexplorados, realmente espectaculares, muchos de ellos desiertos. Es una realidad que se puede comprobar visitando los rincones más recónditos, y hacerlo en velero implica estar permanentemente envuelto en naturaleza, fundirte con ella, apreciarla, disfrutarla, y sobre todo, saber sobrevivir con y de ella.
Visitar 47 países permite conocer y sumergirte en muchas culturas diferentes, con gente que vive de otra forma, que tienen otra concepción de la existencia, tribus aisladas, personas cuyo día a día transcurre como lo hacía centenares de años atrás. La experiencia humana ha sido uno de los aspectos más enriquecedores del viaje, frente a nuestra soberbia de persona bien formada en una sociedad civilizada, la realidad te demuestra que se puede aprender mucho de pescadores, ancianos, niños y personas de condición muy humilde, cuya experiencia vital ha transcurrido de un modo radicalmente diferente. Una de las mayores lecciones es que no existe una relación directa entre bienes materiales y felicidad, y que los problemas a los que tanta importancia se da en el mundo desarrollado, especialmente en las épocas de crisis que se han sucedido, pueden ser irrisorios comparados con los que existen cada día, y desde siempre, en otras zonas del mundo.
Uno de los objetivos del viaje siempre fue compartir la experiencia, algo que se hizo durante el recorrido a través del blog, redes sociales, entrevistas en medios, etc.
Una vez en tierra los medios de interacción se multiplican, dándose la posibilidad de sesiones presenciales en las que a través las espectaculares imágenes y la línea argumental de la experiencia de recorrer el mundo en velero durante 4 años, sumada a la enorme cantidad de dificultados y vivencias que te puede proporcionar, se provoca una experiencia disruptiva e inspiradora en aspectos como:
- Motivación personal: perseguir y llevar a cabo nuestros sueños, gestión de dificultades, otras formas de ver la vida, como una persona normal puede hacer cosas extraordinarias, etc.
- Management moderno: emprendimiento, trabajo en equipo, tolerancia al riesgo, toma de decisiones en situaciones críticas, valores humanos, etc.
A día de hoy he realizado decenas de sesiones para: escuelas de negocios, empresas, ONGs, colegios, centros deportivos, asociaciones culturales, aficionados a la navegación y la aventura, etc.
A continuación se detallan algunas de las charlas o sesiones que se pueden llevar a cabo:
Inspiradoras y motivacionales para empresas
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Para emprendedores de cualquier tipo
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Motivación personal
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Perseguir y cumplir los sueños
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Divulgativas para niños y adultos
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Para navegantes y aventureros
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