Días 310 a 314 (20 al 24/9/2010): En el Iate Clube do Río de Janeiro

Intensa actividad mental y de gestiones, escasa física y de navegación, es el resumen de estas jornadas en el Iate Clube, donde nos encontramos desde pocos días después de nuestra llegada a Río de Janeiro.

Es un náutico diferente los que estamos acostumbrados, excepcionales y lujosas instalaciones sociales (restaurantes, biblioteca, terrazas inmensas, tiendas, jardines, etc.) y pocos pantalanes, la inmensa mayoría de los barcos (incluido el nuestro) están amarrados a una boya en el exterior aprovechando la tranquilidad de las aguas en la ensenada de Botafogo. Tampoco supone un inconveniente excesivo, puesto que dispone de un servicio 24 horas de lancha de transporte a las embarcaciones. La actividad es intensa, no solo durante el fin de semana, y el ambiente refleja la mezcla de la élite social a la que pertenecen sus miembros, con la afición al mar, especialmente intensa en vela ligera, prueba de ello es que durante estos días acoge el Campeonato Mundial Master de Snipe, concentrando regatistas de esta clase de numerosos países.

Disponer de buena conexión a internet, tiempo y un entorno cómodo me ha animado a enfrascarme en la tarea de mejorar nuestros sistemas de comunicación a través de la red. El objetivo es facilitar el acceso a la información, integrando los canales de que disponemos (web, blog, galería de imágenes y Facebook), haciéndolos más dinámicos e interactivos. Una de las primeras acciones ha sido crear una página en Facebook, que permite más opciones que el grupo que ya teníamos, para conectaros a ella no hay más que ir a http://www.facebook.com/pages/Aventura-Oceanica/154019584618100 y pinchar sobre “me gusta”, a partir de este momento veréis directamente las últimas novedades, incluidos vínculos a los reportes del blog. Desde esta página también tenéis acceso directo a las imágenes, la pestaña sGaleria os permite visualizarlas desde aquí. Estoy analizando las posibilidades para que las entradas en el blog se inserten automáticamente en facebook y en la página inicial de la web, además de vincularlas con sus respectivas galería de imágenes, mejorar la web y muchas más ideas que se me están ocurriendo. En fin, que no me aburro, y que si planteamos este proyecto como la primera vuelta al mundo 2.0 no fue por decirlo, creemos en ello y nuestro deseo desde el principio ha sido compartir las vivencias con todos aquellos interesados.

Además de mejorar los mecanismos de comunicación también queremos difundir al máximo posible esta increíble experiencia, dar un nuevo empuje a los medios, llevamos ya casi un año navegando (además de los más de 3 de preparación previa) en este proyecto que nos parece tan bonito, y desde luego despierta interés y admiración por allá por donde pasamos. Reciente prueba de ello es el interés del Iate Clube de Río a través de su Escuela de Deportes Náuticos (EDN) en organizar actividades en conjunto con nosotros. Ya hemos previsto una charla en la que contaremos los detalles y responderemos a sus preguntas, así como visitas al barco y salidas a navegar con sus socios. Para ello ayer preparé un mailing, carteles y un boceto de anuncio para su televisión interna, nada se mueve solo. El modelo parece interesante, además de seguimiento por internet y de los medios españoles, iniciativas locales, ya ha contactado con nosotros una televisión de Rio de Janeiro para hacernos una entrevista, y es posible que lo repitamos en próximos puertos que visitemos.

Son muchas cosas a estudiar y llevar a cabo, desde marketing en redes sociales hasta aspectos técnicos de las plataformas que soportan nuestra tecnología, y solo una cabeza y dos manos, pero bueno, la ilusión y el empeño mueven montañas, lo demostramos el 15 de noviembre del año pasado con nuestra salida desde Valencia. En cualquier caso, si a alguien se le ocurren ideas, tiene contactos en medios de comunicación, puede difundir el proyecto entre gente que crea que le puede interesar, o sencillamente dispone de tiempo y puede ayudarnos con alguna de estas tareas, estaríamos encantados, no tienen más que escribirme a kike@aventuraoceanica.es.

Evidentemente no nos hemos olvidado del barco, es más, queremos aprovechar este periodo para avanzar en reparaciones pendientes: la electrónica sigue fallando, tenemos problemas con la potabilizadora, alguna pequeña entrada de agua por los cadenotes, montar los lazy jacks, analizar donde y cuando sacamos el barco del agua para cambiar prensaestopas y casquillo del arbotante, conseguir precios para la vela que tendremos que hacer en Argentina, etc.

Ayer se marchó Virgilio, regresa a España por unos días para luego continuar un particular periplo por casi medio mundo. Ha sido un placer tenerlo con nosotros, es un buen navegante y compañero, posiblemente nos reencontramos en alguna otra parte del recorrido.

Releyendo me doy cuenta que este reporte no es ni muy náutico ni refleja el descubrimiento de nuevos e interesantes lugares, pero es que Aventura Oceánica también es eso, mucho trabajo en las disciplinas más variopintas que os podáis imaginar, la única forma de armar y mantener un proyecto de este tipo. En cualquier caso no me quejo, es algo elegido y deseado, me encuentro en uno de los momentos más felices de mi vida, y estoy encantado de compartirlo con vosotros.

Sed felices.

Kike

Días 296 a 299 (6 al 9/9/2010): Llegamos a Rio de Janeiro

El lunes no iba a ser una excepción, la línea de cambios meteorológicos de estos últimos días continuó cumpliéndose, en este caso nos quedamos completamente sin viento y comenzó a llover sin parar, casi las últimas 100 millas las tuvimos que hacer a motor y con corriente en contra.

Como consecuencia la llegada no fue exactamente como me habría gustado: mi idea era entrar en un día soleado a la Bahía de Guanabara (en la que se ubica Rio), pudiendo contemplar el Pan de Azúcar, las playas de Copacabana e Ipanema, el Corcovado coronado por su Cristo Redentor, con toda la ciudad extendiéndose a sus pies. Fondeábamos sobre las 10 de la noche hora local, helados por el frio y la humedad, cansados por los días de navegación y todos los avatares de la singladura. Gracias a Aurelio, carioca amigo de Virgilio, tuvimos indicaciones precisas de un buen lugar en el que permanecer seguros hasta encontrar plaza en una marina a un precio razonable, Urca, una ensenada justo bajo el Pan de Azúcar, en su cara norte.

En cualquier caso, la aproximación nocturna a esta inmensa y preciosa ciudad también resulta espectacular. Su claridad se aprecia ya a muchas millas de distancia, y su peculiar orografía, plagada de montañas con formas suaves y redondeadas, de aspecto más similar a un postre gigante que a los picos a los que estamos acostumbrados, conforma un paisaje peculiar, no recuerdo nada que se le parezca. A medida que nos acercábamos a la entrada de la bahía pudimos ver por babor las luces de las tan famosas playas que ya he mencionado. Una vez dentro, el multicolor se extiende a todo lo que alcanza la vista, incluso se puede distinguir por su tonalidad las zonas más deprimidas (las favelas, muchas de ellas situadas en las laderas de las colinas, con luces más tenues y amarillentas) de las áreas residenciales y comerciales (edificios altos, luces intensas y coloridas por los neones).

La primera visión que tuvimos del Cristo Redentor parecía una aparición, inicialmente las nubes cubrían todo el Corcovado y no se distinguía más que su aureola, al poco despejó un poco la zona más alta, por lo que la inmensa estatua parecía flotar sobre el cielo.

A pesar de todo, nos animamos y bajamos a cenar a tierra, dado que Aurelio nos estaba esperando. El cansancio tampoco nos dejó extendernos mucho en la tertulia, en un par de horas estábamos de nuevo en el barco, necesitábamos dormir.

El martes el día amaneció claro, aunque se fue complicando a medida que avanzaba. Nada más me desperté lo primero que hice fue salir al exterior, estaba ansioso por mirar en todas direcciones, contemplar esta ciudad a la que tanto deseaba llegar, la visión sencillamente espectacular, imaginaos lo que he descrito anteriormente iluminado por a luz del sol, apreciando los contrastes de color de las montañas y como la ciudad se entrelaza con ellas y con la bahía.

Hasta bien entrada la tarde nos dedicamos a organizar un poco el barco, estos días de travesía lo habían dejado en un estado deplorable. También para algunas reparaciones urgentes, como el ventilador de la nevera, se había desprendido a consecuencia de los golpes y tuve que sustituirlo.

Al bajar a comer en tierra encontramos a Paulo, un amigo que Jose Carlos conoció en Jericocoara, por casualidad vio nuestro barco y lo reconoció. Nos llevó a un modesto restaurante en el que comer bien a buen precio, y así fue.

Luego, ya de noche, tratamos de localizar algún local con WIFI en el que tomar algo y conectarnos a internet, misión imposible. Por más que andamos y preguntamos no encontramos ninguno, y para complicar más las cosas se puso a llover, así que acabamos empapados y volviendo al barco al rato.

Esta mañana el despertar no ha sido muy agradable, el silbido sobre la jarcia de una fuerte racha de viento y el sonido del garrear el ancla se han encargado de lanzarme a toda velocidad a la bañera. Efectivamente estábamos a escasos dos metros del bauprés de una goleta de madera, un poco más y nos ensarta por popa. ¡Zafarrancho de combate!, todos a cubierta, y a salir de allí a toda velocidad, a todo esto no eran ni las 8 de la mañana, en ropa interior, lloviendo y con un frio que hacía tiritar.  Hemos movido el fondeo a un lugar más despejado, en el que pudiéramos largar toda la cadena y no tener problemas con los barcos de alrededor, entre tanta montaña en viento hace cosas raras, podíamos ver una racha soplando con fuerza en una dirección y a escasos 10 metros hacerlo en sentido prácticamente contrario.

Tras desayunar, y entrar un poco en calor, hemos bajado de nuevo a tierra, teníamos que hacer los trámites de llegada al nuevo puerto. Para ello hemos tomado un autobús en dirección al centro, tanto la Policía Federal como Capitanía dos Portos se ubican próximos al puerto comercial. Las gestiones nos han llevado toda la mañana, aunque también hemos podido pasear por sus calles, eso sí bajo la lluvia. El aspecto de esta parte de la ciudad no es diferente al de tantas otras grandes urbes europeas, tiendas, galerías comerciales, edificios públicos, bancos, oficinas, tráfico, personas andando con prisas, podría haber sido un barrio de  Valencia, Madrid, Barcelona, Londres, Paris…

Por fin, esta tarde hemos podido gestionar una plaza en el Iate Club de Rio de Janeiro, después de 4 días darnos una ducha (el aroma del barco nos lo agradecerá) y una conexión a Internet decente. Curiosamente esta marina apenas dispone de amarres es pantalán (estamos en boya), el espacio destinado a las instalaciones sociales es muchísimo mayor que a los barcos, con varios restaurantes y bares, tiendas, etc. Eso sí, son excelentes, lujosas y muy bien cuidadas, muy exclusivas.

Bueno, poco más por hoy, ya os sigo contando nuestras experiencias en la capital el Carnaval, eso sí, espero que el tiempo mejore para poder disfrutarla.

Sed felices.

Kike

Día 294 (4/9/2010): Mal día para el spi

Se cumplió la previsión, y anoche el viento fue rolando hacia el norte, yéndose de ese modo hacia la popa. Evidentemente se notó en el empuje del barco, incrementando nuestra velocidad hasta los 8-9 nudos.

Todo iba fenomenal hasta entorno a las 5 de la mañana, durante mi guardia oí un sonido extraño, en una rápida inspección me di cuenta que había partido el arraigo de la polea de escota de mayor que va en la botavara, mala cosa. Eso significaba que la mayor estaba libre, sin sujeción alguna, y que podía ponerse a dar golpes y destrozarlo todo ante un cambio de viento. Menos mal que apoyó en la burda de estribor (íbamos amurados a babor) y la botavara no pegaba directamente contra los obenques.

Tuve que despertar tanto a Jose Carlos como a Virgilio, la maniobra no iba a ser fácil, había que arriar génova, aproarse con mucho cuidado y cuando fuera viniendo, cual vaqueros pasarle un lazo a la botavara para trincarla mientras cambiábamos la polea. Al final no ha sido tan complicado como pensábamos, primero hemos preparado e insertado en la maniobra la nueva polea, de modo que al acercar la botavara fuera solo engancharla y liberarla, hemos pasado un cabo lo más al extremo de la botavara que hemos podido, y poco a poco nos hemos ido aproando y cazando del cabo, unos segundos de angustia sujetando como podíamos, cerrar el grillete y listo.

Después del sustillo matutino hemos descansado un poco y de nuevo manos a la obra para montar la maniobra de spinnaker, el viento se prestaba a ello. Hacía tiempo que no la usábamos, prácticamente desde el Atlántico, las condiciones de navegación no nos lo han permitido, especialmente estas últimas 5.000 millas que habremos hecho ciñendo.

Al izarlo y verlo ahí, tirando con poderío del barco, hemos rememorado las sensaciones de otras singladuras, es espectacular ver el barco navegar a 10-12 nudos, levantando una inmensa ola en popa, surfeando las olas, increíblemente estable.

La alegría ha durado poco, a las 2 horas o así nos hemos dado cuenta que la argolla del puño de escota había partido, había que arriar inmediatamente, de un momento a otro se podía soltar y bajarlo iba a ser un numerito de circo.

Bueno, no hay problema -nos hemos dicho- tenemos otro. Ni cortos ni perezosos spi abajo y spi arriba. Este segundo es aproximadamente de las mismas dimensiones pero más fino y un poco más viejo.

Las costuras y/o la tela debían estar pasadas, a los pocos minutos ha estallado como un globo, haciéndose añicos, vamos, irrecuperable, no serviría más que para hacer un puzle si alguien es capaz de encajar los trozos, mal día para los spis…

Hemos seguido navegando solo con mayor con el primer rizo tomado, y hay tanto viento y ola que a pesar de eso estamos navegando a 9 nudos de velocidad, llegando en ocasiones a puntas de 12, debemos estar ya en torno a los 25-30 nudos de intensidad que nos vienen de popa. Por el momento vamos bien, esperemos que evolucione positivamente.

Con todo esto estamos avanzando a muy buen ritmo, en las últimas 24 horas cerca de 200 millas, aunque todavía nos quedan más de 250 millas para Rio, con un poco de suerte el lunes por la mañana allí.

Sed felices.

Kike

Día 292 (2/9/2010): El canto de las ballenas…

Al alba estábamos ya aproximándonos a la zona de fondeo elegida, entre las islas Redona y Siriba, el único lugar protegido de vientos del Sureste.

Las ballenas no se han hecho esperar, a menos de una milla del primer islote una cola de ballena emergía unos dos metros del agua, permanecía inmóvil en esa posición como si de una escultura se tratara, y así ha continuado hasta que nos hemos alejado de ella. Por el tamaño debería ser un ejemplar enorme, que teniendo en cuenta la escasa profundidad (8 metros) seguramente estaba apoyado en el fondo, de otro modo seria toda una gimnasta para aguantar esa pose durante tanto tiempo. Reconozco mi ignorancia acerca del porque de ese comportamiento (Gilberto, igual tu si lo sabes y nos puedes ilustrar), pero nos hemos reído un buen rato elucubrando sobre ello, si estaba haciendo el pino, o sus ejercicios de yoga, si no se fiaba mucho de nuestra pericia y nos mostraba la cola a modo de baliza para que no tropezáramos con ella y cosas así. Por si acaso no hemos arrancado el motor hasta el último momento, intentando de ese modo perturbarlas lo mínimo posible.

El fondeo genial, teniendo en cuenta que hay dos boyas de amarre, por si acaso las hemos revisado, cabo y muerto estaban sobredimensionados y en buenas condiciones, así que no hemos tenido que usar el ancla, mejor, porque nos daría mucha pena haber perjudicado en algo al coral.

El Archipiélago de los Abrolhos es la mayor concentración de arrecifes de coral de la costa brasileña, toda la zona está plagada de ellos. Se trata de un parque nacional, por lo que la regulación es muy estricta, prohibido todo tipo de pesca, coger cualquier cosa de islotes o fondo, tirar residuos, etc. Hay 3 islas, de reducidas dimensiones, la mayor de ellas (Santa Bárbara) no tendrá ni un kilómetro de largo por 100 metros de ancho, las otras dos, entre las que estamos, poco más de 100 metros en la mayor de sus dimensiones. La única presencia humana permanente se da en la primera, en la que hay un faro, vigilantes y un puesto de observación de cetáceos. Tal y como nos indicó la Marina Brasileña hemos contactado con ellos por radio, y además de tomar nuestros datos nos han indicado que un guardia vendría a visitarnos y explicarnos las normas del parque, todavía lo estamos esperando…

El paisaje es particular, de una belleza agreste, me recuerda a las Columbretes o fotos que he visto de la isla de Alborán. No hay árboles (menos de una decena de palmeras plantadas recientemente en algunos puntos), sin embargo si hay una suave vegetación baja que le da un color discretamente verde que contrasta con los colores pálidos de las rocas. Sus formas, su orografía, son reflejos claros de que se trata de unos islotes perdidos en medio del océano, expuestos sin protección a sus inclemencias meteorológicas. En el ambiente se respira paz, aislamiento y sobre todo vida, mucha vida marina y aves.

A mediodía me he equipado con aletas, gafas, tuba y cámara de fotografiar acuática y me he zambullido para explorar los arrecifes más cercanos. Una lástima que el agua estuviera un poco turbia por el fuerte oleaje de los días anteriores, pero en cualquier caso el espectáculo ha sido una delicia. La riqueza de vida subacuática es similar a los mejores lugares del Caribe, aunque me ha llamado la atención el tamaño de algunos peces, jamás había visto peces loro, o peces ángel tan grandes, casi de medio metro. También he tomado un primer plano de una langosta descomunal, aquí tengo que reconocer mi pena por no habernos encontrado en otra situación, pero evidentemente no pensaba incumplir las normas del parque.

Mientras estaba sumergido, en el fondo, inmóvil y sin respirar, tratando que se acercaran algunos peces para fotografiarlos, me he dado cuenta de un extraño sonido que estaba percibiendo, enseguida lo he reconocido, era el canto de las ballenas, jamás lo había oído en vivo, me sonaba de los documentales, pero nada comparable con sentirlo, en directo, en su líquido elemento. La sensación es difícil de describir, es como si te hipnotizarla, te infunde bienestar y alegría, sientes la vida, la naturaleza, en su estado puro. No me preguntéis porque, pero juraría que entre los distintos tonos era capaz de distinguir como una cría se comunicaba con su madre ¿Por qué? No sé, así lo he sentido, así lo he intuido. El sonido llegaba con mucha claridad, a pesar de que el sonido puede propagarse grandes distancias por el agua, supongo que no estarían excesivamente lejos, aunque debido a la escasa visibilidad, por más que he buscado, no he podido distinguir ninguna forma ni bajo del agua ni en superficie.

Estaba tan ensimismado en lo que percibía mi vista y mi oído que no me he dado cuenta de que me estaba quedando helado, solo llevaba bañador y una licra, y el agua no estaba muy caliente que digamos, he tenido que regresar a toda velocidad, cuando he sentido el frio ya era tarde, no aguantaba más, no podía dejar de tiritar. En cualquier caso he vuelto contento, había vivido una experiencia muy especial, difícil de olvidar. Mañana, si el tiempo lo permite, volveré a bucear, esta vez me equiparé con neopreno, por si acaso.

Sed felices.

Kike