Standard Blog

Día 7 (21/11/09): Salimos hacia Canarias

Tras un buen desayuno, y el correspondiente aseo en los baños del Real Club Náutico de Cádiz (hay que aprovechar, que luego las travesías son duras) hemos zarpado dirección Las Palmas. La maniobra de salida no ha sido sencilla, marea baja, poco espacio, mucha corriente y viento cruzado, ha sido la primera vez en mi vida que salgo por una bocana marcha atrás, pero vamos, algún día tenía que ser el primero.

Hemos comenzado navegado a vela, el Atlántico nos ha recibido con 20-25 nudos a un descuartelar con una ola de unos dos metros, no ibamos nada mal y ya firmábamos porque se mantuviera así hasta Canarias, pero nuestro gozo en un pozo, no ha durado más de 4 horas, luego se ha ido yendo a la proa y bajando en intensidad, así que de nuevo, motor.

Estamos esperando que se cumpla la previsión y nos entre un norte potente que nos permita sacar trapo y navegar con portantes, pero se hace el remolón, ahora mismo nuestra posición es 35º31´N, 007º29´O, navegamos a 7 nudos rumbo 220, y nos quedan 598 millas hasta Las Palmas, un buen trecho. Si la todo va como esta previsto, yo creo que el martes por la tarde-noche estaremos allí.

Tras el paréntesis de Cádiz nos volvemos a adaptar a la vida en el barco, ciertamente me alegro de nuestra decisión por el Bahari, es estable en la navegación y muy cómodo en cuanto a habitabilidad, en cuanto te habituas a los espacios y tu mundo se reduce a estos 47 pies, parece que podrías vivir así toda la vida.

Os parecerá extraño, pero todavía no tengo la sensación de marcharme para tanto tiempo, cierto es que no he parado de hacer cosas todos los días, continúo con un ritmo casi similar a los últimos preparativos antes de la salida, pero tengo la sensación de que mañana abriré los ojos y volveré a estar en mi cama de Valencia. Supongo que es una cuestión de referencias, seguro que la travesía del Atlántico hacia el Caribe enseñan a mi cuerpo y a mi mente que las cosas estan cambiando y que hay que tomar un nuevo sistema de medida.

En cualquier caso, os lo iré contando…

Aprovecho para enviar un beso y un abrazo a todos los amigos y amigas que nos han auyudado tanto, gracias a vosotros estamos navegando por aqui.

Kike

IMGP3428 (Large) Puesta de sol en el atlantico

IMGP3430 (Large)

Día 5: Chaparrón en Cádiz

Hoy el día ha sido tranquilo, aunque tampoco hemos parado de hacer cosas. Sobre las 9 de la mañana la tripulación ya estaba en pié, anoche salimos a cenar por el centro histórico de Cádiz y luego tratamos infructuosamente de encontrar algo de flamenquito bueno, pero tras varios intentos fallidos decidimos retirarnos y guardar fuerzas para hoy.

A media mañana, mientras simultaneábamos la visita de unos familiares mios (si, mi familia es muy grande) con trabajos en el barco, hemos detectado unas nubes negras que se acercaban a toda velocidad y hacian presagiar lluvia intensa, así ha sido, en el trayecto entre el barco y el bar del Club Náutico hemos acabado completamente empapados, impresionante como ha descargado en apenas una hora, parecía el fin del mundo.

Afortunadamente tal y como llegó se fué, y en breve estaba de nuevo luciendo el sol, de modo que nos ha permitido continuar haciendo cosas durante la tarde y preparando el barco para la siguiente singladura que iniciaremos mañana por la mañana.

Esta noche vamos aprovechar para disfrutar de las tapitas y los pescaditos de la zona, que seguro que cuando estemos en la otra punta del planeta los echaremos de menos, y eso si, yo creo que va a ser difícil que renunciemos al flamenco que buscabamos anoche.

Supongo que en la cena el tema estrella de conversación será la travesía de mañana, los que somos de mar no podemos evitarlo, nos gusta comentar una y otra vez los detalles, estrategias que podemos seguir, como hacer tal o cual cosa, que meteorología podemos tener, como navegaremos, etc.  o tal vez lo hacemos porque necesitamos compartirlo, no se, la cuestión es que para un profano en la materia podría ser una noche de lo más aburrida.

En fin, ya os cuento mañana que tal nos trata el Atlántico en nuestro primer contacto serio.

Kike