Día 5: Chaparrón en Cádiz
Hoy el día ha sido tranquilo, aunque tampoco hemos parado de hacer cosas. Sobre las 9 de la mañana la tripulación ya estaba en pié, anoche salimos a cenar por el centro histórico de Cádiz y luego tratamos infructuosamente de encontrar algo de flamenquito bueno, pero tras varios intentos fallidos decidimos retirarnos y guardar fuerzas para hoy.
A media mañana, mientras simultaneábamos la visita de unos familiares mios (si, mi familia es muy grande) con trabajos en el barco, hemos detectado unas nubes negras que se acercaban a toda velocidad y hacian presagiar lluvia intensa, así ha sido, en el trayecto entre el barco y el bar del Club Náutico hemos acabado completamente empapados, impresionante como ha descargado en apenas una hora, parecía el fin del mundo.
Afortunadamente tal y como llegó se fué, y en breve estaba de nuevo luciendo el sol, de modo que nos ha permitido continuar haciendo cosas durante la tarde y preparando el barco para la siguiente singladura que iniciaremos mañana por la mañana.
Esta noche vamos aprovechar para disfrutar de las tapitas y los pescaditos de la zona, que seguro que cuando estemos en la otra punta del planeta los echaremos de menos, y eso si, yo creo que va a ser difícil que renunciemos al flamenco que buscabamos anoche.
Supongo que en la cena el tema estrella de conversación será la travesía de mañana, los que somos de mar no podemos evitarlo, nos gusta comentar una y otra vez los detalles, estrategias que podemos seguir, como hacer tal o cual cosa, que meteorología podemos tener, como navegaremos, etc. o tal vez lo hacemos porque necesitamos compartirlo, no se, la cuestión es que para un profano en la materia podría ser una noche de lo más aburrida.
En fin, ya os cuento mañana que tal nos trata el Atlántico en nuestro primer contacto serio.
Kike