Días 1.006 a 1.009 (16 al 19/8/12): Malololailai
No es ni un juego de palabras ni que se me haya enganchado el teclado al escribir, es el nombre de una isla del grupo de las Mamanuca, situadas al Oeste de Nadi. De hecho «lailai» significa pequeño en Fiyiano, obviamente hay una isla mayor denominada Malolo al lado de esta.
Idioma curioso el Fiyiano, con una fonética similar al nuestro, pero con palabras absolutamente incomprensibles, por ejemplo, el saludo es «bula», tal cual como suena en castellano, la primera vez que lo oí casi pensaba que me decían «hola» (lo pronuncian un poco cerrado), creí que además de ser muy listos, por reconocer mi nacionalidad a simple vista, eran poliglotas.
La escala en Nadi fue breve, como ciudad no tiene mucho interés más allá de ser donde se ubica el aeropuerto internacional de Fiji, despedimos a Paco, un poco de logística para las siguientes semanas (en las islas no suele haber nada) y zarpamos al día siguiente.
No hay que navegar mucho para que el cambio de escenario sea radical, a unas 15 millas comienzan las Mamanuca, que se disponen en una especie de línea de Sur a Norte, continuada por las Yasawa.
Como ya comenté, por lo que hemos podido comprobar, la cartografía de Fiji no es muy buena, y la entrada a Malololailai, un estrecho paso entre arrecifes con rocas por en medio, parecía que iba a ser realmente compleja, pero no fue así, para nuestra sorpresa estaba bastante bien señalizada, y la luz de sol ayudaba a distinguir los obstáculos bajo el agua.
En el fondeadero más barcos de los que esperábamos, es uno de los más abrigados de la zona, además de existir una pequeña marina, dos resorts y un supermercado, por lo que muchos barcos eligen este punto como base de su estancia. Un bar en un pequeño islote, unido a la isla principal por un pontón, hace las delicias de Australianos y Neozelandeses entrados en años, se reúnen allí todas las noches para hacer barbacoas.
El paisaje es bonito, islas con verdes colinas, playas a su alrededor, aguas azules, una imagen que plasmada en un folleto turístico te puede cautivar. Tal vez llevamos mucho tiempo sin tanta civilización y aglomeración de barcos, eso nos choca un poco, de hecho estamos anclados casi en el punto más lejano, más tranquilos y a solo 3 minutos más en lancha.
La meteorología está siendo excelente, días soleados con temperatura suficiente para que apetezca meterse en el agua, por las noches refresca y se levanta una suave brisa que permite dormir con comodidad, el clima perfecto.
Nos dijeron un par de zonas donde encontraríamos buen buceo, esta mañana hemos salido pronto con la auxiliar para localizarlas. Al final hemos acabado dando la vuelta a la isla sin encontrar un sitio que nos convenciera, tras varias zambullidas breves para comprobar que no había nada especial. Justo cuando regresábamos al barco, a escasos metros, hemos visto a un grupo practicando snorkel, lo teníamos al lado, supongo que cada uno tiene una idea de lo que es un sitio interesante para bucear.
Allí el coral no es espectacular, pero lo que sí es impresionante es la cantidad de pececillos y como te envuelven, me recordaba a Bora-bora, supongo que deben alimentarlos, eso les atrae y hace perder el miedo de aproximarse.
Me ha sorprendido ver peces payaso fuera de la protección de su anémona, normalmente se alejan muy poco, siempre están pegados lo que constituye su casa y su fuerte, aquí nadaban en medio de los otros sin mayor temor, aportando su nota de colorido con su naranja a franjas azul intenso.
Hay una lengua de arena que aparece en medio del mar en marea baja, conforma una playa de un escaso centenar de metros rodeada de agua, un oasis en el océano, un lugar paradisiaco, eso sí, evitando la franja horaria de 12 de la mañana a 3 de la tarde, cuando llegan los barcos de charter y se llena de gente.
En resumen, días tranquilos, en un lugar bien protegido y con ciertas comodidades de la civilización al alcance de la mano, lo cual tampoco está nada mal, aunque creo que en breve continuaremos camino para descubrir otros rincones de este complejo de islas.
Sed felices
Kike
ha pasado una semana desde el ultimo relato, y ya lo estabamos esperando , como siempre , merece la pena la espera…
NOTA: curioso el nombre este de Malo.., mallolo…, malolo, en fin, curioso el dichoso nombre…