Días 1.481 y 1.482 (4 y 5/12/13): El mercante sordo
Durante la madrugada apareció un enorme eco en la pantalla de radar. Sin duda se trataba de un buque de carga cubriendo el trayecto entre la península y las Canarias, nos habíamos cruzado ya con varios de ellos, pero éste me llamó la atención desde el principio porque venía muy rápido (a más de 20 nudos) y a un rumbo directo de colisión con nosotros.
En general, en mar abierto, los mercantes suelen respetar las preferencias de paso, los veleros navegando a vela tienen prioridad, ya que tienen una maniobra más restringida y sobre todo una velocidad muy inferior. Normalmente alteran su rumbo y/o velocidad para darnos una distancia de resguardo de cómo mínimo 1 milla, aunque habitualmente dan más de 2.
De todas formas siempre hay que estar muy atento, si se trata de un pesquero faenando no suele moverse un ápice de su trayectoria, aunque en este caso su velocidad no es elevada y es fácil esquivarlo. Del mismo modo se puede evitar sin complicaciones plataformas petrolíferas, buques realizando trabajos submarinos o remolques, al ir despacio o estar parados se puede calcular con tiempo y prever las maniobras necesarias. Algo muy distinto es un barco que viene a elevada velocidad hacia ti, es difícil calcular su trayectoria exacta, especialmente en la noche, y si va en sentido contrario, a su velocidad se suma la tuya, por lo que en este caso nos aproximábamos a casi 30 nudos de forma muy peligrosa.
Para complicar un poco las cosas, en ese momento navegábamos casi con el viento en la popa, por lo que las opciones eran limitadas, si me desviaba hacia un lado (si orzaba) me daba la impresión que interceptaba más su trayectoria, si iba hacia el otro (arribaba), el margen era limitado, le podía dar unos grados, pero estaba al borde de la trasluchada, que en nuestro caso es violenta y puede provocar desperfectos, para hacer la maniobra bien tendría que virar por avante, pero a su vez eso implicaba quedarme parado durante un rato delante de él hasta que consiguiera tener otra vez velocidad en la dirección opuesta, no era sencillo…
Decidí contactar por VHF y explicarle mi situación, confiando en que lo entendería y sin más que cambiar su rumbo unos grados nos daría el resguardo suficiente. Mi sorpresa fue mayúscula cuando no respondió a una llamada que claramente lo identificaba, en castellano y en inglés.
Salí una vez más para comprobar sus luces, tratando ver si llevaba algún tipo de señal de maniobra restringida, y si nuestras luces de navegación a vela eran las correctas. No había duda, se nos identificaba claramente como un velero a vela, y a él como un buque a motor de gran tamaño sin más limitación, además a simple vista era evidente que seguía directo hacia nosotros, simultáneamente se veían las luces roja y verde, con la blanca arriba en el centro.
Estaba ya a poco más de una milla, realmente peligroso, y no había ni el más mínimo síntoma de querer esquivarnos por su parte. Le llamé de nuevo por VHF, siendo absolutamente nítido y repetitivo en el mensaje, y en ambos idiomas, pero una vez más su única respuesta fue continuar implacable en nuestra dirección, me sentí como atrapado en las vías del tren, viendo como se acerca un enorme expreso a toda velocidad, sin poder escapar.
Salí a cubierta preparado para lo que fuera, arribé al máximo y me mantuve dispuesto para el momento en que tuviera exactamente clara su trayectoria escapar en perpendicular de la misma, ya me daba lo mismo trasluchar o no, ya no se trataba de evitar daños, si no de impedir un abordaje.
Tras unos segundos de auténtica tensión pasó a unos 100 metros, ver tan cerca a semejante mole a esa velocidad me puso los pelos de punta, yo creo que mi suspiro de alivio al tenerlo al través lo debieron oír desde el puente de mando. En esos momentos eché de menos llevar instalado el sistema AIS, que permite conocer el los datos identificativos del buque (así como sus datos de navegación), os aseguro que habría presentado una queja a la naviera por una maniobra tan imprudente. No sé si el oficial al mando estaría dormido o sencillamente sería un temerario, pero por mucho que él sea más grande e impactar con nosotros le habría supuesto lo mismo que un mosquito en un parabrisas, no puede jugar así con la vida de la gente, desconocía si teníamos un problema a bordo y no podíamos maniobrar, había recibido dos llamadas y no contestó, y solo con habernos rozado nos habría enviado a pique sin duda alguna.
A parte de este desagradable incidente, la navegación transcurre sin problemas, no vamos rápido (5-6 nudos de velocidad media), pero cada vez estamos más cerca de Cádiz.
Tuvimos vientos favorables por la aleta durante las primeras horas, que se reforzaron al superar la latitud de Lanzarote y desaparecer la pantalla que ejercía dicha isla a los vientos del Sudeste. Pero no duró mucho, apenas un día después de zarpar de Las Palmas el viento fue rolando progresivamente a Noreste, y por lo tanto yéndose a la proa, casi en sentido contrario a nuestra dirección.
Desde entonces navegamos de ceñida contra el viento, que al no ser muy fuerte (10-15 nudos), no es excesivamente dura. Ya no podemos ir en línea recta hacia Cádiz, nos hemos tenido que desviar unos grados más al Norte para que el barco mantenga la velocidad. Todo esto nos retrasará y en lugar de llegar a Cádiz el 7 supongo que más bien será entorno al 8 de diciembre.
A las 18:30 GMT del día 5 nos encontramos en la posición 32º 44’N, 11º 37’W, unas 350 millas al Sudoeste de Cádiz, navegamos rumbo 12º a una velocidad de 6 nudos, el viento de Noreste ha subido a 17 nudos y ceñimos al máximo con mayor y génova completamente desplegadas, la previsión es que la situación se mantenga al menos durante las próximas 24 horas.
Sed felices
Kike
En estos casos no es para bromas lo ocurrido, no se si el capitán del barco pensaba que el pez grande se come al chico y que piense que en el ancho mar, hay cargueros y petroleros a los que se tendrá que enfrentar. Un pequeño susto no le vendría mal a ese señor. Un abrazo
Si hubiese en el mar cámaras de tráfico, como las que tenemos en nuestras carreteras, no se escapaban de la multa.
Por Dios!!! esto me recuerda al chiste de la araña y el cientìfico..jajajajaja. ¡¡ madre mia !! los pelos de punta sòlo?? yo me hubiera tirado por la borda y si sobrevivo, al oficialito sordo,me lo como con patatas..