Días 491 a 501 (20 al 30/3/2011): Velocidad crucero…
No, lamentablemente no navegamos todavía a la velocidad a la que el Bahari le gusta deslizarse sobre las olas, pero lo que sí ha cogido ritmo son las reparaciones.
Por fin parece que las cosas avanzan, el barco está fuera del agua y se han iniciado los trabajos de fibra y pintura. No son tareas de gran envergadura, pero si tienen su importancia, ya que dejarán el barco preparado para arraigar el nuevo mástil, además de eliminar todos los impactos causados por los golpes de la jarcia cuando rompimos el palo. Hemos tenido que seguir muy de cerca todos los detalles y estar encima de la gente, ya que la puntualidad y seriedad en algunos casos brilla por su ausencia, pero este parece que sea el eterno mal de los profesionales de nuestra sociedad, especialmente en el mundo de la náutica.
En cualquier caso lo que más nos preocupa es la fabricación del mástil, tanto por la precisión necesaria para que todos los elementos encajen, como por sus plazos, es la tarea crítica, la que condicionará la duración total de las reparaciones y por lo tanto que podamos continuar camino. Por el momento todavía existen algunos aspectos que concretar que estamos tratando de aclarar de forma inmediata, pero todo cuesta una barbaridad…
A veces es un poco desesperante, quisieras que todo estuviera ya, que las cosas avanzaran al ritmo de tu mente… la realidad es otra, hay que tener paciencia…
Verlo desarbolado, en varadero, con todos los interiores desmontados, encintado, lleno de polvo de fibra y masilla, nos hace recordar los meses y meses que pasamos en el Club Náutico de Valencia preparándolo para esta Aventura, poco nos imaginábamos contemplarlo en la misma situación a lo largo de nuestro viaje, pero las sensaciones no son malas, también es bonito recordar la ilusión con la que construimos este sueño, usando nuestras propias manos.
Vivir en el barco en estas condiciones es imposible, no hemos tenido más remedio que alquilar un apartamento durante las semanas que se prolongue esta fase. Por suerte hemos encontrado algo razonable justo frente al club de yates, pequeño pero cómodo, es la primera vez desde que zarpamos de Valencia que vivimos en una casa, y no creáis que nos ha costado adaptarnos.
En otro orden de cosas, Chile, y su gente, nos siguen tratando bien, es un país que funciona, y a pesar de que no es perfecto (como ninguno), estoy teniendo una muy buena impresión. El transporte público es una de las cosas que más me llama la atención, tal vez porque lo usamos mucho, dado que no disponemos de vehículo. Es rápido y barato, en general existen dos opciones: los micros y los colectivos. Los micros son microbuses que unen las ciudades, a una hora normal es difícil que esperes más de 5 minutos a que pase uno, te paran y recogen en cualquier punto del trayecto y por menos de medio Euro puedes recorrer los aproximadamente 15 kilómetros que separan Concón (la localidad en la que se ubica el Club Náutico de Higuerillas, donde estamos) y Valparaíso. Eso sí, debes estar preparado para emociones fuertes, ya que la mayoría de las veces es como ir de rally, circulan a un ritmo vertiginoso con extrañas maniobras, posiblemente porque los conductores tienen comisión por cada viajero, de modo que no es extraño verlos compitiendo por llegar los primeros a una suculenta parada. Los colectivos son taxis compartidos que realizan una ruta predeterminada, en general dentro de la misma ciudad, su tarifa es fija y levemente superior a los micros, también subes y bajas cuando quieres, paradójicamente su ritmo es mucho más tranquilo.
Progresivamente el tiempo va empeorando, en el hemisferio sur hemos entrado en el otoño, aunque si calienta el sol la temperatura todavía es agradable, si está cubierto, con niebla (algo muy habitual por las mañanas) o por las noches, refresca bastante, es necesaria una chaqueta.
Los días pasan rápido, fijaos, llevamos ya más de 500 puestas de sol desde que comenzó Aventura Oceánica, no sé si es mucho o poco, para mi ahora el tiempo tiene una dimensión diferente, no se me ha hecho largo, pero si pienso en la cantidad de lugares y cosas que hemos visto, todo lo que hemos conocido y sentido, todo lo que nos ha pasado, todas las vivencias, anécdotas, momentos de sufrimiento y alegría, aventuras y desventuras, parece que lleve navegando toda la vida… Hasta Joaquin Sabina, como dice su canción, llego a olvidar en ese periodo de tiempo…
Nosotros no olvidamos, ni nuestra tierra, ni a nuestra gente, especialmente a todos aquellos a los que queremos, y una vez más os doy las gracias a los que navegáis junto a nosotros a través de este blog, tendréis que tener la misma paciencia que nosotros para volver a leer nuestras historias de mar, para ver con nuestros ojos las maravillosas islas de la Polinesia que nos esperan en nuestras próximas singladuras.
Sed felices.
Kike
Hola aventureros!
Primo: mucha paciencia, lo que importa es que el Bahari cicatrice sus graves heridas de guerra; vosotros, y nosotros, retomaréis Aventura con más fuerza y ganas si cabe.
Muchos besos y… sacos llenos de paciencia!
Mireia Molero
hola chicos , animo que lo estais haciendo muy bien , este paron os dara las fuerzas necesarias para afrontar los retos que vendran despues . no se si conoceis a Guillermo e Isabel , son una pareja de asturianos que estan dando vuelta al mundo con su velero el TINTIN , desde hace cinco años ,con los que nos encontramos en brasil y venezuela , una pareja muy preparada y una gente encantadora, ellos ahora estan en nuevazelanda y su wep es : http://www.velerotintin.com.
un abrazo
Hola marineros al seco,
Gracias por las ultimas noticias. PACIECIA tiene algo de pasion en su rais, que es doloroso. Pero como en vuestro mundo tambien llaman a hijas Dolores, hay que comprender que sin dolor no pueder ser felicidad…… Asi que van a tener un poco mas de paciencia antes de disfrutir del mundo de Paul Gauguin…..
un abrazo de Francis, en el pais donde la tierra se mueve (como en Chile) y donde la gente tambien son tan simpatica
Lo importante es que el Bahari se repare,por lo demas a esperar y reponer fuerzas, fisicas y mentales.
Esta semana en unas noticias sobre Japon, salio un capitan de barco y comentaba que el sunami lo pasaron en alta mar y que la unica diferencia que notaron, fué una ola de medio metro y me acordaba de lo que dijiste en el blok referente al mismo. Un fuerte abrazo
Enrique, esperamos que el saber esperar y el buen humor sean vuestros aliados en estos momentos, verás como poco a poco todo se arregla y pronto volveréis a navegar; nos alegramos mucho que os encontréis bien, mucho ánimo y adelante que estamos impacientes por volver al blok y empaparnos diariamente de las aventuras que con tanto arte nos describes. Un fuerte abrazo para los dos.
Primo, ¿y tú nos pides paciencia?, si lo importante es que vosotros la teneis… pero en fin ya habra tiempo de ponernos al dia y recuperar más intensamente, si cabe, el transcurrir de esta maravillosa aventura.
NOTA: ¿Que os ha costado adaptaros a la casa?, no sera por lo de pequeña y «poco» comoda
Paciência….palavra tão pequena que contem tanto em si mesma….sempre temos que ter, mas parece que as vezes nos escapa pela pele….rsrsrsrsr….mas vá lá…como você mesmo disse…é como recomeçar o sonho….não sabemos os porques de todas as coisas mas temos que confiar…confie…
beijo enorme e espero com paciência que o Bahari singre os mares novamente.