Días 817 y 818 (9 y 10/2/2012): La extraña criatura de las profundidades.

4:30 de la madrugada, a media hora de finalizar mi guardia nocturna. Todo está en calma, solo se oye el runruneo del motor y los chasquidos del agua deslizándose bajo el casco. Esta siendo una guardia tranquila, todo funciona correctamente y el radar únicamente ha detectado algunos chubascos que han pasado lejos, no hay velas izadas que requieran atención. Jose Carlos y Hugo duermen.

De repente suena la carraca de la caña de pescar. Me resulta raro, normalmente la recogemos siempre de noche, nuestra experiencia es que lo que pica bajo los dominios de la oscuridad suele ser muy grande, normalmente es mal negocio, porque acaba partiendo el sedal, nos ha pasado en varias ocasiones.

Bueno, nos lo habremos olvidado -pensé-, pero ya que está ahí, voy a intentar sacarlo. Me sabía mal despertarlos, así que me dirigí hacia la caña armado con luz frontal y guantes, indispensables para con el último tirón subirlo a cubierta sin cortarte las manos, si veía que no podía siempre existe la solución de dar un buen grito pidiendo ayuda.

Lo que hubiera picado tiraba con fuerza, paré el barco para poder acercarlo con mayor facilidad y comencé a pelear con él. Mi técnica es sencilla, seguro que los expertos en pesca (que yo no lo soy) podrían matizarla, cuando tira mucho le dejo que se lleve hilo frenando el carrete, sin hacer un esfuerzo excesivo para que no rompa o se suelte, cuando veo que afloja recojo hilo y voy tirando de él.

Al principio peleó mucho, no era algo enorme, pero sí debería tener un cierto tamaño, luego se cansó, y ya cerca del barco volvió a plantar cara en lo que intuiría como la batalla final.

La noche era completamente oscura, la única iluminación en cubierta provenía de mi frontal (tipo el de los mineros, con él puedes alumbrar donde apuntas la cabeza y las manos están libres), en el momento calculé que debía estar cerca, por el ángulo del hilo, frené la caña, embragué avante el motor y me dispuse a ir a la popa para sacarlo del agua a mano tirando del hilo.

La silueta brillante que se apreciaba entre dos aguas era bastante grande, me preparé para dar un buen tirón y subirlo a cubierta, por el tamaño intuí que podría pesar unos 10 kilos. Agarré con fuerza el hilo, una… dos… tres… y ¡vente con papa bonito!… (eso hubiera querido yo, que fuera un bonito).

Lo primero que percibí es que me había equivocado en el cálculo, era mucho más ligero de lo que pensaba, así que por un lado casi pierdo el equilibrio y me caigo de culo, y por otro el bicho venía prácticamente a la altura de mi cara, pero bueno, la bañera es grande, es complicado no acertar a meterlo dentro, giro de cintura y lo dejo pasar.

Fue cuestión de décimas de segundo, de entre la penumbra apareció algo muy extraño, la primera impresión fue que era como una serpiente, alargado, vientre blanco, retorciéndose… Os podéis imaginar el susto, un poco más y me tiro por la borda, pero hubiese sido cómico que esa cosa acabara encima del barco y yo en el mar.

Las serpientes marinas suelen tener malas pulgas, las hay cuya picadura es mortal, y aquello que se le parece, como morenas o congrios, tampoco son buena compañía (evidentemente me refiero a morenas de mar, las mujeres morenas -sea tintado o no- son tan buena compañía como rubias o pelirrojas, no vaya a ser que encima de lidiar con el monstruito vaya a tener un conflicto las lectoras de pelo negro, y mucho menos pretendo comparar mujeres con serpientes, aunque aquello de Adán y lo de la lengua viperina.. . bueno, ejem, cambiemos de tema que me estoy metiendo en un berenjenal yo solito). En cualquier caso, que yo sepa, las serpientes de mar suelen estar cerca de costa, y morenas y congrios en roca, era extraño, pero claro, ¿y si justo esta se había perdido? Por si acaso era mejor opción no ponerme a su alcance.

En el momento aquello tocó la cubierta empezó a retorcerse y dar saltos como un muelle, y yo, que iba descalzo y en bañador, decidí hacer lo mismo, pero eso sí, tratando de esquivarla, al son que marcaba. Aquello era más efectivo para hacerme bailar que los de la mafia pegando tiros al suelo, solo faltaba la música, y claro, con mi movimiento y el del barco no había manera de apuntar con el frontal para ver bien lo que era la extraña criatura. Si una embarcación se hubiese acercado en ese momento seguro que habría pensado que a bordo teníamos montada una disco o un fiestón, con siluetas moviéndose rítmicamente y luces al compás.

Cuando la cosa se fue relajando un poco (fue baile de una canción), acerté a enfocarla, ¿Qué era eso? ¡Dios! ¡No había visto algo tan feo y raro en mi vida! (bueno si, pero no voy a dar detalles).

Tenía como un metro de largo, color plateado, forma estilizada tipo anguila pero con aletas, destacable una dorsal que cubría todo su lomo, morro fino y puntiagudo, con dientes que daban pánico, se diría un pez vela con el que se les ha ido la mano en la liposucción, o que lo han hecho pasar por un tubo y le han hecho la cirugía estética para ponerle cara de malo. Vamos, un aspecto total de pez depredador prehistórico.

En cuanto pueda subo las fotografías para que lo veáis, espero que nuestro asesor en biología marina (Gilberto, va por ti) nos diga lo que es, porque hemos estado mirando los dos libros de peces que llevamos y no aparece por ningún lado.

Cuando pensé que ya estaba muerto traté de sacarle el anzuelo, y me llevé otro susto, abrió una boca enorme y mostró su dentadura, parecía la de un perro, mejor me espero un ratito más, yo ahí no meto la mano…

Me di una vuelta (como supondréis, muy lejos no me pude ir), hice un poco de tiempo, y volví a ver como estaba esa especie de gremlin marino. Esta vez sí parecía estar tieso, así que me animé a quitárselo, eso sí, con muchísima precaución, no vaya a ser que este disimulando, que como esta especie no la conozco, no se lo borde que puede ser.

¡Misión cumplida! Ya solo faltaba saber que haríamos con él, o si nos atreveríamos a comérnoslo, pero eso ya lo decidiríamos al día siguiente.

Después de mucho mirarlo, hemos llegado a la conclusión de hacer un caldo, porque tiene mucha espina, supongo que mañana lo emplearemos en cocinar algo, aunque estoy pensando en que tal vez sea buena idea que uno de los tres no coma, por aquello de que si es tóxico o venenoso alguien pueda contar lo que pasó, aunque ahora que caigo, vosotros lo sabríais, bueno, pues igual comemos todos.

Además de pescar cosas raras, durante estos dos días también hemos navegado, aunque a vela poco, seguimos a merced de los caprichos del viento, y parece que últimamente está bastante tímido, no hace acto de presencia ni aunque hagamos una danza tribal para llamarlo.

La mayor parte del tiempo navegamos a motor, son pocos los ratos en que podemos permitirnos el lujo de apagarlo e izar velas. Esto influye considerablemente en nuestro ritmo de avance, ayer viernes recorrimos 143,5 millas (velocidad media 5,9 nudos) y hoy ha sido aún peor, 136 millas (velocidad media 5,7 nudos). Para muestra un botón, nuestra velocidad máxima ha sido de 7,4 nudos, con una máxima media parcial de 6,8 nudos, muy poco para el Bahari y lo que puede caminar con viento razonable. Pero bueno, poco a poco vamos haciendo camino y nos quedan 125 millas, podríamos llegar en menos de 24 horas, pero será de noche y el fondeadero es complicado, así que supongo que mañana ajustaremos la velocidad para llegar pasado al amanecer.

A las 05:55 horas GMT del día 11 nos encontramos en 25º 55′ S, 107º 28′ W, navegamos únicamente a motor a 5,4 nudos rumbo 243º, desde que salimos del Club de Yates de Higuerillas, hace más de 14 días, hemos recorrido 2.233 millas (casi 4.150 Kilómetros), un buen trecho.

Sed felices.

Kike

9 Comments

  • No dejais de asombrarme, si el bicho es tan grande como dices lo mejor es hacerlo a rodajas como si fueran raciones de osso-buco, asi podreis hacer dos tandas de caldo, (Siempre que tengais congelador) de todas formas tengo ganas de ver la foto Besos Luis y Charo

  • Muchachos, de sorpresa en sorpresa, haber si es un especimen nuevo . Estaria bien que se perdiese para la ciencia(es broma). Ya os queda menos para llegar ala isla y podernos enseñar la misma desde vuestro punto de vista fotografico. Abrazos.

  • Me da la impresión de que se trata de un pez abisal, que salen a comer por las noches desde el fondo del mar. Nosotros pescamos uno en el Atlántico este año y se parece mucho a la descripción que has hecho del ejemplar. Cuando vea las fotos te lo confirmare. Un fuerte abrazo. Supongo que ya habéis llegado a la Isla de Pascua.

  • Madre míaaa, que divertido… pero pobre bicho!! Yo de vosotros no me lo comería por si las moscas..jajaj…me voy corriendo a leer tu comentario sobre la Isla de Pascua, que acabo de ver que ya habéis llegado. Que emoción!! Un abrazo.

  • Hola aventureros!

    Primo no sabes lo que me he reído imaginándote con el que podría ser el nuevo baile del verano, jiji Por otra parte, espero que el bicho ese sea muy nutritivo, porque me has dejado preocupada con lo que pueda ser venenoso (aunque, como voy algo retrasadilla en la lectura y ya he visto que habéis llegado a Isla de Pascua, supongo que lo habéis comido y… era pura delicatessen!!)

    Pues nada, miles de besos

  • Primo, mira que habras contado cosas durante este tiempo de «blogs», pero este ha sido con diferencia el que mas me ha hecho reir , eres un fenomeno cuando te pones en plan comico.
    NOTA: No se te ocurra utilizar al bicho ese ni para un caldo!!!!

  • me has hecho reir con la historieta. como bien dices mejor quedarse callado que ponerse a filosofar sin ton ni son que luego todo sale a la cara

  • Hola navegantes,

    Por lo que he visto en el posicionamiento ya habéis llegado a Isla de Pascua. Enhorabuena!!!!!!!!
    Ya antes de zarpar era una de las etapas que tenías marcadas como 5 estrellas. Y encima con lo que se ha hecho esperar, más todavía.

    En cuanto cuelgues la foto del «leviatán» me pongo manos a la obra en la identificación. Ya ha comentado Chema que puede ser un pez de profundidad que asciende por la noche a alimentarse, tipo pez sable. Al ser capturado lejos de la costa no debe entrañar peligro de toxicidad. Aunque supongo que cuando leas esto ya lo habrás com-probado.

    Pero lo que prefería que pudieras colgar es la imagen del bailecito, con el frontal a modo de foco epiléptico. Eso sería impagable 😉 Me imagino a los tripulantes de otro barco viendo la imagen y buscando como locos el significado de tus luces de navegación. Les podíamos recomendar una técnico del 112 que ya nos «ayudó» en una situación parecida.

    Cuidaos vosotros, y el barco, que no es lo mismo estar sin poder leer el libro de bitácora cada día.
    Un abrazo

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