Día 130 al 133 (24 al 27/03/10): Isla Mujeres, Puerto Morelos y Cozumel

El fondeo en Isla Mujeres no fue tan calmado como esperábamos, tuvimos que cambiarlo dado que nos alcanzaba una ola cruzada muy incómoda, especialmente para nuestras invitadas, Belén y Laura, menos habituadas a convivir con un movimiento continuo de lado a lado. Por aquí las corrientes son intensas y prácticamente omnipresentes, eso hace que el barco no se aproe con el viento (más bien se queda cruzado) y en lugar de un leve cabeceo tengas un balanceo lateral, salvo que este muy protegido.

Isla Mujeres tiene un puerto bien resguardado, con unos pequeños cayos y arrecifes frente a el que forman una barrera natural y casi una pequeña laguna, el problema es la entrada, con sondas muy bajas y sin un canal definido, hay que ir sorteando bajos con ayuda de la cartografía, y menos mal que la compramos actualizada para el plotter en Miami, la electrónica del programa de navegación es bastante imprecisa. Cuando cambiamos el fondeo de noche no nos atrevimos a entrar, consideramos más seguro dejarlo para la mañana siguiente, de modo que pudiéramos confirmar visualmente la existencia de obstáculos y zonas de menos calado.

Al final fue más sencillo de lo que creíamos, pero estas cosas son imprevisibles, de repente te encuentras zonas que han dragado como pueden haberse generado nuevos bancos de arena o cabezas de coral. No olvidéis que en muchos lugares del mundo la cartografía se basa en informaciones muy antiguas no siempre actualizadas y aunque parezca increíble con los medios actuales la realidad dista bastante de lo que aparece en las cartas.

En cuanto comprobamos que estábamos bien anclados preparamos la auxiliar para bajar a tierra de inspección. Isla Mujeres es pequeña y turística, a veces me traía recuerdos de mis queridas Pitiusas (Ibiza y Formentera), con sus calles estrechas, sus casas blancas y su ambiente marinero. Mientras Jose Carlos se hacía unos largos con la cometa, las chicas y yo alquilamos un carrito de golf (muy habitual como medio de transporte en la zona) y fuimos a recorrer la isla, es tan pequeña que te da tiempo en una hora, eso sí, sin parar mucho. Llegamos hasta la punta sur, el extremo más oriental de Méjico, allí pudimos contemplar unas esculturas y imágenes de mujeres como las que dieron su nombre a la isla, tras la breve parada regresamos a comer en un chiringuito de playa de la ciudad, por aquí los pescados y ceviches son excelentes.

Cuando cayó la tarde regresamos al barco y disfrutamos de una excelente noche de fondeo tranquila. A la mañana siguiente volvimos a desembarcar para hacer algunas compras y gestiones, el sol caía con fuerza y buscábamos la sombra para intentar no derretirnos con la temperatura y la humedad. Esa noche aun la pasamos en el mismo lugar, tarde de relax en el barco y a dormir pronto porque queríamos salir al alba hacia un nuevo destino.

La recalada elegida fue Puerto Morelos, a unas 20 millas hacia el sur, situado en la península y con un excelente arrecife declarado reserva natural frente a él. Llegamos a media mañana, intentamos encontrar el fondeadero que nos indicaba la guía pero rápidamente nos dimos cuenta que el entorno había sido modificado por la construcción de una marina, de modo que la entrada para situarse detrás del arrecife implicaba rumbo directo hacia el dique de la misma. Cambio de planes y decidimos entrar en la marina, parecía más razonable. Integrada dentro de un resort, estaba muy nueva y dotada de modernas instalaciones, más de a lo que últimamente estamos acostumbrados, también su precio, muy razonable (20 dólares la noche).

Una vez realizados los trámites de entrada y las gestiones básicas, comimos tranquilamente en el barco y siesta de rigor. La noticia negativa fue que únicamente podíamos ir a visitar el arrecife en una excursión guiada, estaba prohibido ir por libre. Ya por la noche intentamos ir al pueblo a dar una vuelta, pero tras los consejos locales (porque no había nada, no por problemas de seguridad) nos quedamos en el resort.

Esta mañana de nuevo hemos zarpado temprano dirección Cozumel, la isla más grande de Méjico, a unas 30 millas rumbo casi sur. Hemos tenido una navegación muy agradable a vela, aunque la corriente ha tenido el feo detalle de quitarnos prácticamente 3 nudos de los más de 7 que deberíamos estar haciendo sobre el agua. Efectivamente detectamos la corriente midiendo la diferencia entre la velocidad de corredera y la velocidad sobre fondo (medida con GPS). Hemos llegado entorno a las 2 de la tarde y hemos bajado a tierra sin entretenernos para aprovechar el día. Tras hablar con los oriundos del lugar nos hemos desplazado a la playa de Chen-Rio, una preciosidad, aislada y sin urbanizar tenía una combinación de roca y arena apta para todos los gustos, eso sí, con unas preciosas y transparentes aguas que bañaban todo su litoral. La tarde ha transcurrido entre una deliciosa parrillada de marisco, baño con snorkel, paseos por la playa e intentos de levantar la comenta, infructuosos por la bajada del viento. Llegada la noche nos hemos arrepentido de no decirle al taxi que viniera un poco antes a por nosotros, los mosquitos han hecho amagos de comernos vivos, menos mal que ha sido puntual.

Mañana por la mañana continuaremos rumbo a Tulum, ruinas Mayas situadas al borde de un acantilado, parece que espectaculares, en cuanto lo compruebe os lo cuento.

Sed felices

Kike

Día 125 (19/03/10): La contracorriente al cuadrado y el casco…

¿Qué significa eso? Pues cuando os lo cuente seguro que lo entendéis, además resume bastante bien los principales eventos de estas 24 horas atrás.

La noche ha sido mejor de lo esperado, el viento decidió cumplir con las previsiones y fue rolando a derechas (hacia el norte), de modo que cada vez nos permitía aprovecharlo mejor. A pesar de ello no hemos podido estar mucho tiempo únicamente a vela, la velocidad no era suficiente para llegar a tiempo a Cancún.

Había una cosa que nos extrañaba, teníamos corriente en contra, sin embargo navegábamos pegados a la costa cubana, donde en teoría esta la contracorriente del Golfo / Yucatán (las corrientes nunca son completamente homogéneas, siempre hay puntos en los que discurren a mayor o menor velocidad o incluso en dirección contraria, lo normal es que sea en los limites exteriores del caudal donde es menos intensa o tiene sentido contrario -contracorriente-, y que su máxima potencia se sitúe en el eje de la corriente). Dado que la situación persistía repasamos nuestras notas del cuaderno de bitácora (para estas cosas es muy útil tenerlo todo apuntado), efectivamente cuando navegamos la vez anterior hacia La Habana  desde el Cabo San Antonio (es decir, el sentido inverso al que estábamos haciendo ahora) íbamos más separados de la costa y experimentamos corriente en contra, la conclusión era evidente, estábamos inmersos en la contracorriente de la contracorriente (es decir, en una contracorriente al cuadrado), no lo teníamos previsto. Cambiamos el rumbo y nos separamos más de 5 millas de la costa, la diferencia fue abismal, pasamos de tener corriente en contra a tener una corriente a favor de casi dos nudos, que curioso las cosas que pasan en el mar, ¿no?. Como me quede un poco mosqueado con el tema he estado consultando bibliografía que tenemos abordo y efectivamente el fenómeno viene descrito, tenemos que aprender y ser más aplicados para la próxima, aunque a priori no es algo que se pueda intuir fácilmente, nunca te acostaras sin saber algo más…

Mi guardia transcurría tranquilamente, en un momento dado salí fuera y estaba tranquilamente en la popa, detrás de la rueda de babor, buscado luces en el horizonte y monitorizando los datos de la electrónica,  de repente algo apareció en la oscuridad y vino hacia mí a una velocidad tal que no me dio tiempo a esquivarlo, el impacto era inminente, solo pude cerrar los ojos. Note un golpe seco y bastante fuerte en mi labio superior, pensaba que me lo había partido, inmediatamente me inundo un intenso olor y sabor a pescado, no podía ser, ¿otra vez? Efectivamente, se trataba de un pez volador, en este caso  el golpe fue más bien tipo puñetazo, mientras que el de la travesía del Atlántico fue tipo bofetón, supongo que por la manera de colisionar, el de ahora frontalmente y el otro lateralmente. Si es que ya lo había dicho yo, las guardias nocturnas tenía que hacerlas con casco, pero casco integral, si no de nada me habría servido hoy. Eso sí, habría que ver como quedó nuestro pececillo camicace, si para mí ha sido un buen golpe, él se ha debido desnucar, bueno eso no que los peces no tienen nuca. Hay que ver, con todo el océano para escapar, saltar y volar y justo tiene que pasar por encima del único velero en el horizonte y además chocar con un energúmeno que está ahí plantado, eso sí que es mala suerte, o puntería…

Pasado este incidente no hubo más cosas destacables, más que la velocidad que llevábamos era muy superior a la que inicialmente preveíamos, fácilmente hacíamos entre 7 y 8 nudos.

El día ha amanecido esplendido, completamente veraniego, con una ligera brisa que nos venía de la popa, no útil para navegar a vela pero si para estar cómodo. Durante toda la  jornada hemos tenido que navegar a motor, hemos aprovechado el buen tiempo para hacer un poco de ejercicio y ducharnos en el exterior, así como para tareas de mantenimiento del barco.
A medida que hemos ido atravesando el Canal de Yucatán la corriente se ha ido haciendo más intensa, el eje está situado más próximo a Méjico que a la costa cubana, esto ha hecho que nuestra velocidad se fuera reduciendo, hasta que nos ha entrado un viento del este de 15 a 18 nudos de intensidad, en ese momento hemos podido sacar velas y mantener un buen ritmo.

En este momento estamos a 25 millas del sur de Isla Mujeres, punto de entrada a Bahía Mujeres donde se encuentra Cancún y la marina a la que nos dirigimos, navegamos a aproximadamente 6 nudos con motor a 1.400 vueltas y génova, la intensidad del viento se mantiene, yo calculo que entre las 8 y las 9 de la mañana estaremos en nuestro destino.

La entrada también va a ser divertida, para variar, la zona tiene muy poca profundidad, en concreto en las coordenadas GPS en las que se sitúa la marina, que no viene en la cartografía, la carta indica 1,8 m.  espero que hayan dragado, de otro modo no pasamos.

Os sigo contando

Sed felices

Kike

Días 121 al 123 (15 al 17/03/10): Salida de Fort Lauderdale – Key West

Tuvimos un lunes muy intenso para acabar lo imperativo y preparar la salida. Por la mañana vinieron los técnicos a montar la nueva antena de radar, afortunadamente lucía el sol y no se repitieron los inconvenientes del viernes, ahora funciona perfecta, menuda diferencia a no llevarlo, es como pasar a ver en la oscuridad. Quiero agradecer a Alicia, del área de postventa de Azimut (distribuidor de Raymarine para España), todo el apoyo que nos ha prestado, no ha sido sencillo ya que había muchos agentes implicados y han surgido dificultades, pero al final, prueba superada!.

Posteriormente nos dividimos, Jose Carlos se quedaría acabando reparaciones en el barco y yo saldría a hacer las gestiones. En primer lugar la marina, confirmar nuestra salida al día siguiente y liquidar con ellos. Luego Aduanas, recoger la documentación el barco, trámites de salida y despacho para nuestro siguiente destino.

Después tuve una reunión con representantes de Propeller Club de Miami, como ya os he contado en alguna ocasión, el Propeller Club de Valencia (del cual soy miembro) es uno de nuestros patrocinadores, en el marco de dicha colaboración ejercemos de embajadores suyos ante los Propeller Club de los puertos por los que vamos pasando (caso de existir). La acogida fue excelente y además de explicar el motivo de mi visita pudimos tener una agradable conversación acerca de nuestros puertos, la coyuntura económica actual y su influencia en el negocio logístico, y como no, detalles de Aventura Oceánica, que según sus propias palabras era un proyecto muy interesante digno de admiración.

Finalizada la reunión de nuevo al tajo, compra de víveres, busqué una gran superficie (Publix parecía la opción adecuada) y empecé a recorrer sus pasillos cargando un carro hasta los topes. Me llamó la atención la diferencia de los hábitos alimenticios de cada país, cosas que para nosotros son básicas no existían y tenían cosas que nosotros no consumimos, eso si, se llevo la palma un pasillo entero lleno a ambos lados de diferentes tipos de salsas, no sabía que existían tantas, por otro lado no me extraña que las usen, con todos mis respetos, aquí la comida no sabe a nada, ni la fruta, ni los fiambres, ni los quesos, etc. Menos mal que vino a recogerme Eduardo en coche, habría sido complicado transportar toda la compra yo solo en un taxi.

Antes de volver a la marina aun tuvimos que pasar por Westmarine a recoger unas últimas compras de materiales para el barco. Al llegar intercambiamos los papeles, yo me quedé organizando la compra y Jose Carlos se marchó con Edu a buscar una ferretería y una tienda de electrónica.

Esa tarde vinieron a visitarnos para despedirnos Loles y Josie (su vecina que estaba en la cena del sábado), de nuevo cargadas de provisiones para nosotros, riéndose decían que nos veían muy flacos, se nota que son madres, la mía era igual. Mientras estaban en el barco llego un cámara del canal 41 de América TV, se habían enterado de nuestro proyecto y que estábamos allí y nos querían hacer una entrevista (si buscáis en su web creo que se puede ver). Llevamos unos días bastante mediáticos, además de la entrevista en Onda Cero del día 8, tuvimos otra con el programa Sense Limits de Radio Nou el lunes 15 y también hemos salido publicados en el diario Valencia Marítima:
http://www.veintepies.com/secciones/puerto_more.php?id=55159_0_13_0_C

Estuvimos hasta muy tarde acabando de organizar, dos semanas de trabajos y multitud de compras habían dado por resultado un completo desorden, herramientas y bolsas por doquier, algo que no es permisible para iniciar una travesía.
Por la mañana nos dormimos, habíamos quedado a las 8 con Eduardo y Quique, que nos acompañarían hasta Key West, no escuchamos la alarma, fueron ellos quienes nos despertaron. Rápidamente nos pusimos con los últimos detalles e iniciamos la maniobra, la pleamar era a las 10:03 de la mañana, y los puentes empezaban a abrirlos a las 9 (pasada la hora punta de tráfico), queríamos estar en el primero a esa hora.

La salida por el rio fue un paseo comparado con la entrada, además ya nos conocíamos los bajos de memoria porque habíamos chocado con todos ellos a la entrada (es broma). No deja de ser una escena impresionante navegar por esos canales rodeados de mansiones espectaculares con inmensos yates atracados a su puerta, cruzar la ciudad en un velero o ver cómo se van abriendo inmensos puentes a tu paso. Pudimos tomar unas buenas imágenes que espero que os podamos mostrar en breve.

Una vez en el océano tomamos rumbo sur hacia Key West, rápidamente nos dimos cuenta que la corriente del Golfo nos frenaba más de 3 nudos cuando navegábamos a más de 25 metros de profundidad, así que no tuvimos más remedio que pegarnos mucho a la costa, entorno a 12-15 metros de profundidad, así conseguíamos que nos redujera únicamente 1 nudo de velocidad. El inconveniente es que constantemente pasábamos junto a bajos, balizas y demás obstáculos, así que durante toda la travesía hemos tenido que tener una atención extrema.

Tampoco hemos tenido mucho viento, de las aproximadamente 24 horas de singladura no más de 4 ó 5 horas, una pena porque nuestros invitados no han podido disfrutar mucho de la navegación a vela.

Hacia las 2 de la tarde estábamos entrando por el canal de Key West, que te lleva entre bajos y arrecifes al cayo principal. Aunque el día amaneció nublado y lloviendo hemos tenido suerte con su evolución y el sol ha salido, regalándonos unas horas de autentico verano. Hemos parado para comer en un fondeadero cercano, una vez allí, viendo el color azul tan intenso del agua y la temperatura no hemos podido resistir la tentación de un baño.

Al caer la tarde hemos recogido fondeo y nos hemos dirigido a una marina cercana, la intención era repostar gasoil y bajar cómodamente a Eduardo y Quique. Lo segundo ha sido fácil, lo primero no ha sido posible, ya estaba cerrada, hasta mañana a las 7 de la mañana no había opción. Como todavía nos queda bastante hemos decidido no esperar y seguir rumbo a Cancún directamente.

Nos separan unas 330 millas, el problema es la corriente en contra a la que se ha sumado también el viento, ahora mismo avanzamos a unos 3 nudos haciendo rumbo directo, vamos a tener que cambiar de estrategia porque así no llegamos, las opciones son pegarse a la costa cubana o meterse más en el golfo de Méjico, lo decidiremos en cuanto tengamos la previsión de vientos, que la recibiré al mismo tiempo que envío este reporte.

Ya os voy contando como lo llevamos, pero no parece que vaya a ser una travesía fácil.

Sed felices

Kike

Días 115 y 116 (9 y 10/03/10): Con los trabajos encarrilados…

No ha sido fácil, hemos tenido que hacer malabares para conseguirlo, pero lo más importante esta ya camino de solucionarse, hemos priorizado todo aquello que no depende de nosotros y las compras de cosas que puede ser más complicado o caro conseguir en otros lugares.

El radar nuevo nos lo instalan el viernes, evidentemente después de la caída de la antena desde una altura superior de la primera cruceta quedo absolutamente inservible, el servicio postventa nos está ayudando mucho desde España, parece que todo se resolverá satisfactoriamente.

La revisión en profundidad del motor ya está hecha, vino el servicio técnico y además nos confirmó todo su mantenimiento, que lo hacemos nosotros mismos por razones de autosuficiencia y reducción  de coste. Este era un punto importante tras el incendio, queríamos estar absolutamente seguros de no tener ningún problema en un futuro.

El génova tenía un par de paños deslaminándose, había que atajarlo para que no se fuera extendiendo,  no olivemos que lleva ya más de 6.000 millas, también contribuyó a su deterioro la reparación que hicimos en Dominicana, lo cosieron en línea recta en lugar de en zig-zag, esto lo debilito y facilitó la fractura del tejido interior. Afortunadamente hemos localizado una velería muy profesional, la reparación no va a ser barata, pero obtendremos un buen resultado entregado este viernes. Las velas son muy importantes, son nuestro motor principal.

El piloto B&G también esta reparado, lo desmonté y llevé al servicio técnico para revisarlo, la pila que mantiene las configuraciones está agotada, y no es algo que puedas cambiar tu mismo, hay que trabajar directamente sobre el circuito impreso.

La potabilizadora y la calefacción las hemos podido arreglar nosotros mismos. En el primer caso se trataba de un problema eléctrico del nodo que la alimentaba, una vez sustituido funciona correctamente. En el segundo tenía que ver con una obstrucción del escape por agua salada, no entiendo cómo ha podido llegar hasta allí, ya que esta en el espejo de popa bastante alto, pero bueno, la realidad es la realidad, son caprichosas las olas y el viento llevando su espuma…

Hoy también hemos estado de compras, nos estamos aprovisionando de un montón de cosas desde insonorizante para el motor (esta vez no inflamable, hemos aprendido la lección), repuestos del motor, cabos, cadena, focos, todo tipo de productos para el mantenimiento del barco, acastillaje, etc   y también algo de electrónica, aquí es más barata, quiero sustituir el adaptador de antena de la BLU (onda corta), está dando problemas, cartografía para el plotter del resto del mundo, una impresora, discos del almacenamiento, etc.

En fin, que nos estamos gastando un dineral, y lo que todavía nos queda… pero es una inversión, son cosas que necesitábamos y aquí tenemos una buena oportunidad para comprarlas, además cada cierto tiempo el barco necesita una puesta a punto y revisión, sobre todo después de los incidentes que hemos tenido.

Esta tarde ha venido a visitarnos Loles, la hermana de mi buen amigo Carlos Llorens, junto a dos amigas y sus hijos. Han venido cargadas de regalos para nosotros, desde comida hasta ahuyentador de insectos, todo cosas bien pensadas, nos van a ser útiles. Les hemos enseñado el barco y explicado nuestro proyecto, creo que les ha gustado, la verdad es que prácticamente todo el mundo al que se lo contamos muestra un gran interés, vamos haciendo seguidores allá por donde pasamos 😉

Bueno, estamos en el sprint final, la pleamar del lunes es a las 9:28 de la mañana, así que como mucho el domingo tarde lo tenemos que tener todo listo, crucemos los dedos para llegar a todo.

Sed felices

Kike

Días 107 a 110 (1 al 4/03/10): 2010 Odisea en Fort Lauderdale

Os escribo desde Florida (EEUU), he tardado un poco en actualizaros, pero cuando os cuente lo moviditos que han sido estos días lo entenderéis. Aprovecho para recordaros que en la sección “El itinerario día a día” de la web tenéis un mapa en el que nuestra posición se actualiza unas 10 veces cada 24 horas, parece ser que en algunos casos da problemas con versiones antiguas de Explorer, la solución es actualizarlo a una versión más reciente o cambiar de navegador, con Mozilla Firefox funciona perfectamente.

El lunes por la mañana continuamos navegando a motor, el viento favorable previsto se retrasaba, en cualquier caso la velocidad no era mala por la ayuda de la corriente del Golfo, como ya os comenté. De repente la meteorología cambió, la presión atmosférica bajó más de 4 milibares en 3 horas, el temporal previsto acechaba, viento intenso rolando bruscamente, nada bueno se presagiaba.

Ante este panorama, sumado a la imposibilidad de contactar con alguna marina para reservar amarre y la dificultad que podía tener una entrada nocturna a un laberinto de canales, como es Fort Lauderdale (mirad el mapa y lo entenderéis), decidimos hacer escala en Miami, acelerando un poco el motor llegaríamos de día.

Nada más entrar por la bocana del puerto, a estribor se encuentra la Miami Beach Marina, a los piés de unos edificios altísimos, antes de llegar ya podíamos oler el lujo y la opulencia que caracteriza la zona, menudo contraste con lo que estábamos acostumbrados a ver en nuestros últimos destinos, ¿cómo puede cambiar tanto el mundo 100 millas al norte o al sur?, ¿cómo puede estar tan cerca un lugar en el que no hay de nada de un lugar en el que hay de todo (incluso en exceso)? Cuanto más conozco y más veo menos entiendo este mundo…

El amarre se las traía, por aquí tienen la manía de rodearlos de troncos de madera clavados en el fondo, para una motora con protección alrededor está bien porque se apoya en ellos, pero nosotros además de maniobrar peor si los tocamos rascamos el barco, y siendo dos no podemos controlar 4 pilones a la vez, todavía no sé como lo hicimos, pero el barco quedó en el sitio, sin tocar en ningún lado y no sobraban más de dos palmos alrededor.

Nada más bajar nos cobraron (hay de todo, pero todo se paga, y por adelantado), casi 170 dólares por una noche, evidentemente un precio disuasorio, los pagamos por la situación, de otro modo nos habríamos marchado, se trata de una marina planteada más bien como parking de lujo de los edificios de apartamentos de alrededor. Tras cenar una hamburguesa (¿cómo no?) nos fuimos a descansar, al día siguiente seguiríamos camino.

Nada más levantarnos fuimos a llamar a aduanas e inmigración, la cosa funciona así, llegas y llamas por teléfono para avisar que estas aquí. No empezamos muy bien, nosotros creíamos que teníamos 24 horas para llamar, pero en realidad hay que llamar inmediatamente y las 24 horas son para presentarse físicamente. En el momento el funcionario detectó que hablábamos castellano la tensión se relajó, tuvimos una agradable conversación en nuestra lengua en la que le explicamos nuestro proyecto y muy amablemente adaptó los trámites para que no tuviéramos ningún problema. A partir de ese momento teníamos 24 horas para presentarnos, es decir, antes de las 9 de la mañana del día siguiente, aparentemente tiempo de sobra.

La maniobra de salida de esa jaula de madera fue como un problema de física de los complejos, con 25 nudos de viento cruzado empezamos a elucubrar, si el viento viene de aquí en cuanto soltemos esta amarra la proa se irá para allá, entonces uno va corriendo a sujetar para que no toque el pilón, luego atrás, luego la otra, etc. según nuestros cálculos nos faltaban un par de manos, que amablemente nos prestó un trabajador de un barco cercano, hispano, por supuesto, los marineros ni se dignaron venir a pesar de que les llamamos. La resolución del problema fue correcta y salimos sin tocar ninguna de las barreras.

Nos separaban unas 20 millas de Fort Lauderdale y habíamos contactado con una marina a un precio razonable, el único inconveniente que estaba casi al final del rio, mirad en el mapa dónde estamos y veréis. Según nuestros cálculos a las 2 o las 3 del mediodía estaríamos de nuevo amarrados, que inocentes…

La navegación sin problemas, una ola enorme por el fuerte viento, pero nos venía de popa o de aleta, si hubiese sido de proa otro gallo habría cantado. Antes de las 2 estábamos ya dentro de Port Everglades, el puerto comercial que da acceso a Fort Lauderdale, una especie de Venecia, con multitud de canales que dan acceso a los embarcaderos privados de las viviendas, algunas de ellas espectaculares. Sobre los canales hay puentes levadizos que se abren para dar acceso a las embarcaciones cuya altura supera el paso inferior, como es nuestro caso, en concreto debíamos atravesar 6 hasta la marina.

Inicialmente nos  resulto divertido, un puente enorme al que pides paso usando el canal 9 de VHF, a los pocos minutos cortan el tráfico de vehículos y se abre en dos como un inmenso robot que levanta sus brazos.

Atravesamos el primero y nos dirigimos a la zona interior, a los pocos metros había una baliza verde, dado que estamos en zona B de señalización marítima eso significa pasarla dejándola a babor, a los pocos segundos notamos como tocábamos fondo y quedábamos completamente varados, inútilmente intentamos salir dando motor con fuerza, pero no hubo forma, estábamos bien enganchados, ¿pero cómo podía ser? En la carta indicaba que esta zona del canal tenía 6 metros de calado.

La marea estaba baja, no tendríamos otro remedio que esperar a que subiera. De repente apareció una fueraborda, auxiliar de un inmenso yate amarrado a pocos metros de nosotros. Amablemente nos ofreció su ayuda, su capitán era aficionado a las regatas y al ver nuestro barco y su aspecto de competición mandó a uno de sus marineros a auxiliarnos. Le pasamos una driza de espi, tiró progresivamente hasta hacernos escorar y dando avante con fuerza conseguimos salir y volver al canal. Posteriormente nos explicó que en interior del canal la señalización es al revés, es decir, como en Europa, pero bueno, esto es de locos, ¿cómo podemos saber eso nosotros?  También nos aviso que la marea iba a ser muy pronunciada y larga, hasta la noche no subiría. Tras darle las gracias continuamos por el canal. A los 200 metros de nuevo nos encontramos una zona sin balizar, tras dudar por donde pasar decidimos hacer caso a la carta, en el momento entramos vimos como la profundidad caía en picado, al llegar a 2,5m. (nuestro calado), todo atrás y retirada, no quería volver a quedar varado. No había manera de pasar, tendríamos que esperar hasta la pleamar. Hartos de dar vueltas arriba y abajo durante dos horas decidimos fondear en cualquier lado, para ello intentaríamos salirnos un poco del canal para no bloquearlo. Hicimos un primer intento, muy muy despacito, aunque gobernar a poca velocidad, con viento fuerte y corriente del río era poco más que un juego de malabares. A los pocos metros impacto, no llegamos ni a quedar varados, la diferencia de profundidades es tan grande que pegábamos con la orza, menos mal que el fondo es barro y los impactos muy suaves. Segundo intento en otra zona, lo mismo. Desesperados ya decidimos retirarnos, salir del canal y buscar un sitio más amplio en el que esperar hasta la noche. Por el camino vimos un pequeño trozo de pantalán libre en el que cabíamos, al lado de una gasolinera, preguntamos si podíamos esperar allí unas horas hasta que subiera la marea, la respuesta fue afirmativa, eso sí, a cambio de la módica cantidad de 200 dólares. Un buen gesto para ayudar a unas personas que están en un barco que evidentemente no es de lujo y que están en apuros…

Ni le contestamos, volvimos a dirigirnos al puente de la calle 17 para salir hacia el otro lado, allí buscaríamos algo. Pasamos el puente y fondeamos frente a un muelle comercial, ¿nos dejarían permanecer allí?  Lo dudábamos

Efectivamente no tardó en llegar el Sheriff (eso ponía en la lancha) y echarnos, agotados de la tensión, frustrados y con la inquietud de que eso era la mínima parte de lo que nos esperaba esa noche, con la dificultad añadida de no ver con claridad, decidimos salir del puerto y fondear frente a la playa.

Descansamos un poco, y a las 9 de la noche, cuando según nuestros datos la marea ya estaba suficientemente alta decidimos volver a intentarlo, de algún modo teníamos que llegar a amarrar en algún sitio, al día siguiente debíamos presentarnos en aduanas, de otro modo nos arriesgábamos a una multa de 5.000 dólares.

A partir de ese momento comenzó una peregrinación entre estrechos canales, a la mínima velocidad posible, seguía el viento fuerte y corriente a favor, la mitad de las balizas del canal sin iluminar, y tampoco servía de mucho que lo estuvieran, porque no sabias porque lado la tenias que tomar, en la noche era difícil distinguir cual era el camino, y un ojo permanentemente en la sonda porque fluctuaba aleatoriamente entre 2,7m. y 7m. No dábamos crédito a cómo era posible que fuera tan complicado, o lo conoces o estas vendido. Además todo esto amenizado con lanchas taxi que pasaban por todos lados, puentes a los que hay que llamar y esperar a que te abran y ya el remate final, tendido eléctrico que atravesaba el canal, según la carta la altura del vano era de 24 metros, nosotros estaremos en algo más de 20, pero, ¿estaría la cartografía bien? ¿combaría de algún modo el cable? Pasamos por debajo de ellos a 0,5 nudos, los dos mirando hacia arriba y cruzando dedos de manos y píes para no tocar, podría ser dramático.

Tras perdernos varias veces, tocar fondo dos veces y momentos en los que casi arrojamos la toalla, llegamos a Lauderdale Marina Center, nuestro destino, era casi la 1 de la mañana.

Una pena que nuestra angustia y preocupación no nos dejó disfrutar de la impresionante escena de navegar en un velero a través de una ciudad, rodeado de rascacielos, con espectaculares yates por doquier amarrados a la puerta de lujosas mansiones, que sensación tan curiosa, es algo a lo que no estamos habituados.

No pudimos descansar mucho, el miércoles nos levantamos a las 7, tomamos un taxi y a aduanas. Menos mal que una simpática funcionaria de origen ecuatoriano nos trató como una madre, facilitándonos todas las gestiones y ayudándonos en todo lo posible para que no tuviéramos ningún problema. Curioso, los hispanos que saben lo que es llegar a un país distinto del tuyo con todas las dificultades que conlleva nos tratan fenomenal en cuanto detectan que somos Españoles, no es así en otros casos.

Regresamos a la marina y empezamos con el trabajo, listas de tareas, localizar distribuidores y servicios técnicos, averiguar dónde comprar cosas, preparación de las reparaciones del barco, etc.

A mediodía vino Eduardo, amigo mío de Valencia que está viviendo en Miami unos meses, sin parar de contarnos cosas nos fuimos a Downtown a comer algo. Encontramos un restaurante típico americano al lado del río, donde tomamos hamburguesa completa, aros de cebolla y un poco de humus. Algo tenia aquello que no me sentó bien, al acabar la comida me empecé a encontrar raro, me picaba todo el cuerpo y tenía un calor fuera de lo normal, extraño porque estamos en plena ola de frio, por las noches llegamos a 7 grados y por el día por debajo de 20. En el momento comprobé que todo el cuerpo se me ponía rojo y me salían bultitos, se me hinchaba la cara y empezó a costarme respirar me di cuenta que algo me había intoxicado o tenía una reacción alérgica. Tuvimos que acudir al hospital más cercano, donde pasamos buena parte de la tarde, me hicieron diversas pruebas y acabaron dándome un antihistamínico, el diagnóstico coincidía con lo que yo pensaba. Afortunadamente a las pocas horas se me pasó por completo. Por el momento no me estaba sentando muy bien la civilización del primer mundo.

Hoy hemos seguido con las tareas del barco, calculamos estar aquí de una semana a 10 días, y tenemos un montón de cosas que hacer. Queremos aprovechar, pues lo que no hagamos o encontremos aquí va a ser difícil hasta llegar a Australia, y para eso queda mucho tiempo. Los servicios son caros, pero de una profesionalidad impecable, estoy impresionado de la calidad técnica de esta gente, desde luego se nota que saben lo que hacen.

También hemos aprovechado la visita de nuevo de Eduardo para ir a comprar comida, prefiero comer en el barco cosas suaves que cocinemos nosotros, no me apetece intoxicarme otra vez. Cuando he llegado al supermercado y he visto esos lineales llenos, rebosantes de cosas casi se me saltan las lágrimas, desde Canarias que no veía algo así, me costaba seleccionar entre tanta variedad, acostumbrado a no encontrar de nada y si había algo solo de un tipo, que contrastes más grandes tiene este planeta.

No tenemos previsto hacer turismo u ocio por aquí, esto es más bien una escala técnica centrada alrededor del barco, si al final vemos que vamos bien de tiempo igual nos tomamos un día para ir a ver alguna cosa interesante.

Por cierto, habréis comprobado que hoy no ha habido entrevista en Onda Cero, han tenido un problema técnico en el centro de producción de Valencia y se ha retrasado al próximo lunes, a la misma hora, entre las 12:30  y las 13:00.

Por hoy ya vale, me he extendido, tenía muchas cosas que contar.

Sed felices

Kike