Standard Blog

Días 568 a 579 (5 al 16/6/2011): El Bahari flota…

Nuestro velero ya está de nuevo en el agua, un primer paso dentro de la recta final de las reparaciones que esperamos acaben en los próximos días, en cuanto se instale el nuevo mástil.

Los cadenotes (anclajes) para el palo están listos, así como el resto de trabajos en el casco, nada obligaba a mantener al Bahari fuera de su medio natural.

Hace días que trabajamos a pleno rendimiento para preparar el barco ante la inminente salida: limpieza a fondo, organización y estiba de todo lo que llevamos a bordo, cambio de ubicación de la potabilizadora, reparaciones menores, comprobación de todos los sistemas, inventario de materiales y repuestos, logística para la salida, etc.

Ver cómo va tomando forma el barco nos anima e ilusiona, cada vez está más cerca el momento en el que volveremos a largar amarras, a sentir la brisa del mar en nuestro rostro y el agua deslizarse bajo nuestros pies, a escuchar el murmullo de las velas hinchadas y la proa cortando las olas, a ver el sol esconderse en el mar sin divisar nada más en el horizonte…  lo echamos de menos…

Y no me quejo, no hay mal que por bien no venga, este parón nos ha permitido conocer lugares fantásticos y regresar a España a ver a los nuestros, Chile nos ha tratado genial, pero nosotros vinimos aquí a navegar, y eso es lo que estamos deseando hacer.

Rompimos el mástil la noche del 3 al 4 de febrero, llegamos a Valparaíso el 15 del mismo mes, ha pasado ya tiempo, mucho tiempo, bastante más del que pensábamos.

Las cosas no han sido fáciles, complicadas gestiones y control exhaustivo, y a pesar de ello continuos retrasos, un mástil que debería haberse fabricado y entregado a finales de abril todavía no ha llegado. La última fecha de entrega “cerradísima” que nos dieron fue el 2 de junio, que posteriormente se traslado al 6, y luego a ayer, pero por problemas con el transporte se pasó a mañana. En teoría enviaban desde Argentina (donde lo están construyendo) una máquina que aquí en Chile no hay para poder cerrar la varilla de la jarcia sobre el terreno, ya que es muy difícil calcular teóricamente las medidas exactas. Hoy nos desayunamos con que esto no es seguro y que posiblemente cortaran todo en la fábrica, lo que implica un riesgo elevado, puesto que si algo no encaja habría que volver a hacerlo. En fin, confiemos en que todo vaya bien y de un modo u otro la semana que viene podamos estar arbolando (montando el palo), ya os iré contando.

Cruzo los dedos porque así sea, ya que de ese modo en 2-3 días más el Bahari podía navegar, haríamos unas pruebas de mar para trimar (ajustar) y comprobar que todo funciona bien, y estaríamos listos para zarpar.

En este momento del viaje la previsión y la logística son muy importantes, tenemos por delante muchísimas millas que navegar y nos dirigimos hacia Oceanía, a lugares remotos donde los haya, es muy posible que hasta Australia no podamos volver a encontrar ciertas cosas. Sin ir más lejos, nuestra primera travesía hasta Isla de Pascua serán 2.000 millas y como 15 días de navegación atravesando el Océano Pacifico.

Evidentemente la planificación de Aventura Oceánica ha cambiado, más abajo os adjunto un enlace en el que podéis ver las nuevas fechas y etapas, no es tan óptima como la inicial, pero creemos que es buena teniendo en cuenta las circunstancias. En algunos casos nos podremos enfrentar a vientos variables y atravesaremos algunas zonas en época de ciclones, pero hemos acotado muy bien los riesgos para minimizarlos.

A partir de ahora, dado que estamos cerca de la segunda salida de Aventura Oceánica, mi frecuencia de actualización del blog volverá a valores normales, estamos en boxes calentando motores…

Sed felices.

Kike

Aqui podeis ver la nueva planificación: http://blog.aventuraoceanica.es/wp-content/uploads/2011/06/Replanificacion-de-Aventura-Oceanica.pdf


Días 538 a 555 (6 al 23/5/2011): El Desierto de Atacama

Cambio radical de escenario, desde el  borde del mar, rodeado de veleros, al Desierto de Atacama, el lugar más árido del planeta, donde existen zonas en las que durante más de 300 años no ha caído ni una sola gota de agua.

Enmarcado entre la Cordillera de los Andes y la costa, situado en la latitud del Trópico de Capricornio, la misma que por esos caprichos de la meteorología provoca desiertos en todas las costas occidentales del hemisferio Sur, tiene poco que ver con la imagen preconcebida que uno puede tener del mismo.

Aunque hay algunas pequeñas zonas de dunas, no se trata de un desierto de arena, sino más bien de roca y tierra, en realidad tiene una gran variedad de paisajes.  Es un lugar de contrastes, en pocos kilómetros puedes pasar de inmensas llanuras a escarpadas montañas, de la ausencia por completo de vida y agua a lagunas repletas de flamencos, de infinitos tonos marrones al verde de los oasis o blanco de las lejanas cumbres nevadas. En general está situado a una altura considerable (como a 2.000 m. sobre el nivel del mar), imaginaos las diferencias de temperatura, yo las sufrí como de 40ºC entre día y noche, en verano puede superar los 50ºC.

El punto de partida para las distintas excursiones ha sido San Pedro de Atacama, pequeño pueblo situado en un oasis que, a pesar del desarrollo turístico, mantiene su sabor original, con casas de adobe y calles sin asfaltar. Sobre él, omnipresente, el volcán Licancabur, de casi 6.000 metros de altura, mítico para los Atacameños, tribu que vivió en aquellas tierras desde la llegada del hombre a Sudamérica. Cuenta la leyenda que subían cargados hasta su cumbre para construir monumentos y hacer ofrendas, aplacando de esta forma la ira del dios de la montaña.

El Salar de Atacama es una parada obligada, decenas de kilómetros a lo largo y ancho cubiertos por grisáceas costras de sal sobre las que es prácticamente imposible caminar, si me perdiera en algún lugar de la tierra espero que nunca sea allí. Increíblemente, en su interior hay algunas lagunas, más saladas que el mar, en las que se desarrolla un particular ecosistema capaz de alimentar a numerosas aves. Un vistazo de 360º refleja en el horizonte que se encuentra rodeado de montañas, entre las que destacan evidentemente los Andes, y en ellos el volcán Lascar (5.500 m.), cuyas fumarolas delatan su actividad. Tradicionalmente ha tenido casi una erupción por año, norma que no se ha cumplido en los últimos, por lo que se espera una de grandes dimensiones en cualquier momento; afortunadamente no tuvo lugar mientras estaba allí (hemos coincidido en tantos desastres naturales desde que iniciamos Aventura Oceánica que no me habría extrañado lo más mínimo).

No muy lejos del salar hay un pequeño poblado (Toconao), ¿cómo no? otro oasis, pero lo que más me sorprendió es ver un pequeño rio en medio del desierto que lo atravesaba, proveniente de las cimas de los volcanes cercanos. Mayor fue la sorpresa cuando el guía nos contó que el año pasado hubo una suave lluvia de 3 horas que provocó inundaciones y arraso aldeas del desierto, realmente la naturaleza es extraña.

Desde allí se asciende a lo largo de interminables pendientes hasta los más de 4.000 metros a los que se encuentra el altiplano, y el paisaje no puede ser ajeno estos cambios. Empieza a aparecer una escasa vegetación y se ven los primeros camélidos (llamas y vicuñas). Poco a poco se desvela un tesoro escondido entre las montañas, las lagunas de Miscanti y Miñiques, de un azul celeste que contrasta con el ocre de las montañas y el blanco de sus cimas.

En la dirección opuesta se encuentra la Cordillera de la Sal, marrón chocolate y con formas más propias de un escultor abstracto que de una formación montañosa. Su seno acoge lugares espectaculares, entre ellos el Valle de la Luna y el Valle de la Muerte.

El Valle de la Luna se denomina así por el parecido que dicen tiene su paisaje con la superficie lunar. Difícil de describir, es uno de los lugares más peculiares en los que he estado, creo que las imágenes lo harán mejor que mis palabras. Lo que si os diré es que para mí fue un sitio mágico, su color, relieves, texturas, incluso la arena es especial. Ver la puesta de sol sobre él es una experiencia maravillosa.

Solo el nombrecito de Valle de la Muerte ya impresiona, aunque parece que es una deformación de Valle de Marte, por su proximidad al anterior. En cualquier caso, no es difícil intuir que los únicos seres vivos en el entorno éramos los visitantes, es completamente yermo. Tiene dos zonas diferenciadas, un estrecho paso entre puntiagudas rocas y colinas, y otra un poco más amplia en la que se encuentran las famosas dunas de más de 120 metros de altura. Allí se practica el sandboard (surf sobre la arena), evidentemente no me pude resistir a la tentación, no es exactamente como el snowboard, pero tras un par de bajadas no se me dio mal. Eso sí, un par de perros, que se convirtieron en improvisados e inseparables amigos, colaboraron a algún que otro revolcón sobre la arena.

Espectaculares son también los Géiseres del Tatio, vale la pena iniciar el camino a las 4 de la mañana para disfrutar del espectáculo que brindan al amanecer sus infinitas columnas de humo. Toda una experiencia bañarse en una poza próxima con agua a casi 40ºC, teniendo en cuenta que está a 4.400 metros de altitud y que la temperatura ambiente era de -10ºC. No os digo más, mientras me cambiaba tras el baño, dejé el bañador sobre unas rocas durante unos segundos, al ir a guardarlo estaba completamente rígido porque se había congelado.

Otro baño divertido fue en la Laguna Cejas, aunque tiene varios nombres más, puesto que el kunza (idioma de los atacameños) nunca tuvo una forma escrita. La concentración salina del agua es más de 3 veces superior al mar, eso hace que flotes muchísimo, provocando una extraña sensación de ingravidez, imposible que alguien se ahogue allí.

No me extiendo más en los comentarios, porque fueron muchos los lugares y las sensaciones de las vistas, mejor subiré un buen surtido de fotos, pero si os diré que Atacama es diferente a cualquier otra cosa conocida, es tierra de amplios paisajes multicolor, de cielos perennemente despejados, de aldeas y yacimientos arqueológicos, de puestas de sol con cálidas tonalidades, de símbolos de la lucha del hombre por la supervivencia en el medio más hostil imaginable, de agua y vida o ausencia por completo de ambas, de figuras incomprensibles en rocas y montañas…

En otro orden de cosas, las reparaciones del barco continúan, aunque está siendo todo mucho más dificultoso de lo que inicialmente habíamos pensado. En cualquier caso, parece que se ve la luz al final del túnel, se están rematando los últimos detalles y está confirmado que el 2 de junio la fábrica de Argentina libera el nuevo mástil. Si se cumplen plazos, a mediados de junio podríamos volver a navegar, supongo que imagináis las ganas locas que tenemos de salir por la bocana y poner proa a la Isla de Pascua.

Jose Carlos también ha estado en España, y además de no parar con familia y amigos, tuvo tiempo de dar una conferencia en la Universidad de Valencia dentro del área de Oceanografía, explicando nuestra experiencia como ejemplo práctico de lo que la teoría dice. Según me cuentan estuvo genial, tanto profesores como alumnos no paraban de preguntar acerca de todos los detalles de Aventura Oceánica (os adjunto el cartel de la convocatoria).

No me enrollo más por hoy, os sigo contando.

Sed felices.

Kike

(Adjunto sólo un par de fotos para abrir boca, podeis ver un resumen de las imágenes que tomé de Atacama en http://picasaweb.google.com/fotos.aventuraoceanica/ResumenDeAtacama ).

Cartel de la Conferencia de Jose Carlos: http://blog.aventuraoceanica.es/wp-content/uploads/2011/05/Confe-JC.pdf