Día 356 (5/11/2010): Un horrible magnífico día
Con ese empuje apenas éramos capaces de mantener nuestra posición y hacer frente al mar, aproarse para izar mayor imposible, y arriar el enrollable para izar otro génova también, pintaban bastos. Y lo malo ya no solo era la situación actual, o el hecho en sí de la reparación (que además de tener que volver a sacar el barco fuera del agua podía ser cara y compleja), el autentico problema podría ser afrontar el temporal previsto para el domingo noche en esas condiciones, imposible, no seriamos capaces.
No teníamos más remedio que esperar, ver cómo evolucionaba la meteorología y tomar decisiones en cuanto se pudiera. Han sido horas de tensa espera, zarandeados cual cascaron de nuez por las olas y casi haciendo fuerza para no ir hacia atrás.
En cuanto el viento ha bajado un poco hemos aprovechado para aproarnos como podíamos e izar la mayor con 1 rizo, por fin hemos podido continuar navegando, aunque muy despacio y teniendo que apartarnos del rumbo adecuado.
Progresivamente ha seguido bajando, eso nos ha permitido izar toda la mayor y cambiar el génova, en ese momento nuestra velocidad ha vuelto a los 6-7 nudos, justo lo que necesitábamos, ahora solo quedaba esperar que se mantuviera para poder seguir devorando millas.
Tampoco se cumplieron nuestros deseos, parecía que en este caso los astros estaban en nuestra contra, nos hemos quedado sin viento y el poco que había se ha ido a la proa, estábamos como al principio, casi parados y con una ínfima potencia de motor que apenas nos impulsaba. ¡Qué mala suerte!
Sobre las 5 de la tarde las olas han empezado a desaparecer, se nos ha ocurrido bucear para comprobar los daños y tratar de mitigar las vibraciones si era posible. La fortuna se ha puesto de nuestro lado, nuestro ángel de la guarda sigue ahí, el eje no estaba doblado, en realidad el origen del problema es que había quedado un trozo de cabo liado de tal forma que provocaba una excentricidad, una vez liberado el motor ha vuelto a funcionar perfectamente.
Contentos por el final feliz y dando gracias a todas las divinidades, hemos reemprendido camino a buen ritmo, tenemos que seguir avanzando.
A las 22:30 GMT nos situamos en 32º31’S, 051º39’W, con velocidad de 6,3 nudos a rumbo 210º, vamos a 1.600 vueltas de motor con mayor completa únicamente para que nos estabilice, porque apenas hay viento, tampoco olas. Estamos a 297 millas de Montevideo, en cualquier caso, si viéramos que no llegamos pararíamos en Punta del Este.
Espero no tener tantas emociones mañana.
Sed felices.
Kike
Protegido: Día 355 (4/11/2010): Popa suave
Protegido: Día 351 a 354 (31/10 al 3/11/2010): Adiós Brasil
Día 348 a 350 (28 al 30/10/2010): Floripa
Los lugareños abrevian de este modo el nombre de Florianópolis, lugar donde nos encontramos en este momento.
El miércoles por la noche conseguimos llegar al punto fijado, la sede de Jureré del Iate Clube de Santa Catarina, en el noroeste de la isla. Las últimas millas fueron una delicia, navegando poderosamente a un descuartelar, con viento de sobra de una dirección adecuada y una ola más que aceptable (comparado con lo que estamos acostumbrados últimamente). La aproximación no fue excesivamente complicada, es amplia y con descenso gradual de profundidad, aunque precisamos apoyo del personal del club para detectar la zona de boyas, puesto que en medio de la noche no veíamos nada (eran aproximadamente las 00:30 hora local). Incluso pudimos darnos una ducha en tierra firme, todo un lujo que nos ayudo a dormir con sensación de cambio de ritmo. El barco no se movió un ápice durante la noche, tal es la tranquilidad de la bahía, casi me resultó extraño, aunque no me impidió dormir a pierna suelta.
A las 8 de la mañana nos contactó nuestro amigo Victor Hugo, que esperaba nuestra llegada desde días atrás. De buena mañana pasó a recogernos al náutico y nos ofreció llevarnos a hacer las gestiones necesarias con las autoridades y enseñarnos un poco la isla, aceptamos gustosamente.
Los trámites nos ocuparon hasta las 3 de la tarde, visitas a la sede Central del Iate Clube, Capitania dos Portos, Polizia Federal y Recita Federal, y a pesar de ello no conseguimos liquidarlo todo, al día siguiente tendríamos que volver. El resto de la tarde lo pudimos dedicar a descubrir alguno de los rincones de la isla.
Florianópolis es la capital de estado de Santa Catarina, una ciudad dividida en dos, parte en el continente y parte en la citada isla, unidas por un puente. El paisaje general es de suaves colinas (morros) verdes, concentración de construcciones residenciales en algunos puntos y playas, sobre todo muchas playas por doquier. Según dicen los locales la isla tiene 42 playas y 42 balnearios, uno por cada una de ellas.
Nuestro recorrido comenzó en el norte, a veces la primera impresión es la que mejor resume el lugar, la mía fue que era un estilo a Benidorm, aunque con edificios más bajos y tal vez más tranquila. La carretera central de la isla es donde se concentran todos los comercios y servicios terciarios, la costa es demasiado cara y escasa como para no aprovecharla para su uso turístico. Sin embargo el sur, y en concreto el sureste, es otra cosa, mucho más agreste y con playas espectaculares.
Desde el centro, subiendo a un morro pudimos contemplar la vista de la Lagoa da Conceiçao, que en realidad es un golfo puesto que está abierta al mar. Desde allí seguimos recorriendo el este de la isla hacia el sur, con paradas en la playa de Mole (famosa por sus excelentes condiciones para el surf), playa de Campeche (con vistas a la isla del mismo nombre) y Playa de Saquinho, en su extremo más septentrional. Una pena que el día no fuera especialmente soleado, en cualquier caso os adjunto unas fotos para podáis comprobar por vosotros mismos su belleza, combinación de extensas superficies de arenas blancas, aguas cristalinas, verdes montañas que bajan hasta el mar e islotes frente a ellas.
Por la tarde decidimos cambiar nuestro lugar de amarre, la sede oceánica está bien, aunque con servicios básicos y un poco aislada, la sede central tiene la ventaja de situarse al lado de la ciudad, el problema es que para ir de una a otra hay que rodear casi toda la isla (más de 45 millas), el camino más corto (unas 5 millas) tiene el problema de que hay que atravesar el puente que une ambos lados de la ciudad, su altura libre es de 17 metros en bajamar, y nuestro palo tiene 20, además con tan poco agua bajo tocaríamos fondo.
Salimos sobre la 1 de la mañana, con idea de navegar alrededor de la isla durante la noche y llegar a la entrada de la bahía sur a primera hora de la mañana, con luz del sol. A pesar de ser amplia tiene muy poco calado, hay que calcular con exactitud el punto por el que pasar en cada zona, especialmente cuando vas sin sonda (si, vuelve a fallar). Nos exigió una concentración permanente durante 15 millas y un seguimiento exacto de de la marea, pero llegamos sin problemas, salvo las 3 redes de pescadores que nos llevamos por delante como consecuencia de la fea costumbre que tienen de no señalizarlas.
Las instalaciones son muy buenas, creo que tiene las mejores duchas que he visto hasta ahora, y sobre todo, con agua caliente (desde que salimos de España puedo contar con los dedos de una mano los lugares en los que la hemos tenido).
Hoy hemos salido a comer y dar una vuelta por la ciudad, difícil describirla, con un aire muy europeo, matices coloniales, desarrollada y moderna, tranquila tal vez por la época del año (parece ser que en temporada alta es un hervidero). En cualquier caso cómoda, mi conclusión general de la isla es que es un sitio en el que se vive bien, tiene de todo, sumado a sol y playa.
Nuestra idea era quedarnos hasta el domingo y salir con la pleamar de la mañana, pero la consulta de la información meteorológica nos ha traído malas noticias, se acerca un temporal de sur (la dirección en la que vamos) con vientos de más de 40 nudos, no es razonable zarpar así, y ya no por nuestro sufrimiento, que lo soportaríamos a cambio de avanzar, el problema es el barco, nos queda mucho viaje por delante y castigarlo en extremo gratuitamente sería estúpido, además tendremos que hacer una parada no prevista en Rio Grande do Sul, resulta que aquí no hay aduana, y es necesaria para los trámites de salida de Brasil hacia Uruguay, en fin, paciencia…
Sed felices.
Kike