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Día 56 (9/1/10): Costa oeste de Haití

Durante toda la noche y gran parte del día hemos tenido buen viento, incluso demasiado a veces. La navegación sin incidencias, salvo un pequeño susto en el canal de Alto Velo, un poco al sur del Cabo Beata y la isla con el mismo nombre. Sobre las 11 de la noche estabamos pasando entre las dos islas que conforman el canal, entramos a un largo y confiabamos en que el viento recogiera un poco, de modo que cayendo pudieramos pasar entre ellas. No fué así, nos dimos cuenta que no pasabamos, así que decidimos trasluchar. Mientras tanto el viento estaba subiendo, tendriamos unos 25 nudos aproximadamente. Al hacer la maniobra tuvimos un botavarazo muy brusco de una banda a otra, que acabo liando las burdas de una forma increible, noche cerrada en la que no se veia nada, la botavara moviendose de un lado a otro mientras aclarabamos toda la maniobra, la isla cerca, en fin, unos minutos de estres que se solucionaron haciendo las cosas con tranquilidad.

Tras este pequeño incidente seguimos navegado sin mayor complicación, pasamos frente al lugar que tanto nos impresionó en nuestra excursión por tierra, Bahía de la Aguilas, y continuamos rumbo directo a Pointe A Gravois, cabo en el sudoeste de Haití, tenemos que bordear este país para poder arrumbar a Santiago de Cuba.

En mi guardia el viento llegó a superar los 30 nudos, navegabamos con mayor rizada (tomado el primero) y 3/4 de génova, entre el largo y la aleta, avanzando a más de 8 nudos y con planeadas interminables de hasta 14 nudos. La altura de ola también era considerable, creo que habremos llegado a los 3-4 metros, los bandazos eran divertidos, similar a un tiovivo.

A lo largo del día ha ido bajando y yendose a la popa, así que hemos tenido que estar haciendo bordos cada cierto tiempo, la ola ha bajado y la navegación es más cómoda.

Ahora mismo, a las 20:00 hora local, estamos en 18º01’N, 74º02’W, ya superado Pointe a Gravois apuntamos el siguiente cabo Haitiano, Cap Tiburon, una vez lo bordeemos ya podremos arrumbar directamente a Santiago. Navegamos a 6,5 nudos con 15 nudos de viento casi de la popa, según nuestros cálculos nos quedan 158 millas a Santiago, si todo va bien llegaremos mañana por la tarde allí. Este tramos de navegación será el más próximo a la costa Haitiana, según todos los consejos que hemos recibido, reafirmados por lo que vimos durante nuestra breve visita a este país, estaremos muy atentos a cualquier embarcación que pretenda acercarse a nosotros, hasta que pasemos la zona de riesgo llevaremos el radar permanentemente en marcha.

Poco más que contaros por hoy.

Sed felices

Kike

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Día 54 (7/1/10): Salimos hacia Santiago de Cuba

Las tareas del día han estado enfocadas a la preparación de la partida, aunque parezca fácil mover el barco implica un montón de cosas. Tras desayunar, y como hacemos habitualmente nos repartimos las tareas, él se encargaría de ir con los bidones a repostar, lavandería, velería y preparar la estiba del barco. Por otro lado yo haría la saldida de la Marina Sans Souci, el despacho de salida del barco, inmigración y las gestiones económicas y de Internet.

Me costó bastante encontrar la Comandancia de Puerto (autoridad de la Marina de Guerra Dominicana con competencias en la regulación de la navegación), la gente creo que no esta muy acostumbrada a explicar las cosas y cada vez me enviaban para un lado. Los trámitres no son excesivamente complejos, pero llevan su tiempo, fundamentalmente por la velocidad al teclear de los funcionarios. El despacho es un documento que genera la autoridad marítima del puerto de origen, incluyedo datos y características del barco, puerto de salida y de llegada, fechas, así como detalle de los tripulantes con sus pasaportes y , es un documento importante para el puerto de llegada (si no dispones de uno puedes tener problemas) mediante el cual verifican la no existencia de cambios durante la navegación.

Una vez finalizadas las tareas quedamos a comer con Ezequiel, el lugar elegido el alemán tan curioso y con tan buen ambiente que os describí el sábado pasado. Al poco tiempo vino Poncio, se ha animado a hacer la travesía con nosotros y teniamos que ver como quedabamos. Decidimos mantener la salida prevista por la tarde/noche del mismo día, para ello nos teniamos que dar prisa en acabar algunas cosas y modificar el despacho para incluirlo en la tripulación, de otro modo a buen seguro las autoridades cubanas pondrian pegas a nuestra llegada a Santiago.

Cuando llegamos a Comandancia de Puerto no parecía que fueramos a tener muchos problemas, de hecho nos hicieron un nuevo despacho (al mismo ritmo que el anterior)y estaban a punto de firmarlo, pero no lo hicieron, antes llamaron a Inmigración, y aquí comenzó un buen problema, estadísticamente sabía que en algun momento nos veriamos en conflicto con las autoridades locales de algún país, y este momento había llegado.

Los funcionarios de Inmigración insistían en que Poncio no podia acompañarnos, según ellos necesitaba una carta firmada por Inmigración autorizándole a enrolarse en el barco, de otro modo no podriamos salir, eran ya las 6 y media de la tarde, todo estaba cerrado. Como supongo que sabreis en muchos países los funcionarios magnifican cualquier incidente o inventan problemas con el ánimos de obtener algún tipo de recompensa que mágicamente soluciona todo. Nosotros mantuvimos nuestra postura de forma enérgica, Poncio era un ciudadano Dominicano con pasaporte en regla, que puede atravesar sus fronteras sin más que presentarlo, por otra parte yo como responsable del barco puedo invitar a quien considere conveniente, siempre que este correctamente documentado en su país, el barco tiene toda la documentación en regla y como mucho, quien nos podrian poner pegas serian las autoridades Cubanas al llegar. Allí se montó un follon con 3 funcionarios de Inmigración, otros 3 de Marina de Guerra y nosotros 2, que no había forma de aclararse. Tras un rato de discursión, Inmigración nos pidió que les acompañaramos a sus dependencias, para intentar solucionarlo, accedimos, intuiamos que era el único camino.

Al llegar allí todo eran llamadas y conversaciones con superiores y superiores de superiores, pero parecía que nadie sabía lo que hacer, nosotros manteníamos una férrea posición, nadíe iba a impedir a una persona que cumple los requisitos para salir del país subir a un barco Español, estando autorizado por su Capitán, y del mismo modo, nadie me iba a impedir seguir nuestro rumbo cuando habíamos realizado exitosamente todos los trámites. Después de 1 hora alguien tuvo una brillante idea, sustituir la carta de inmigración por una mía, como responsable del barco, autorizando a Poncio a acompañarnos, me pareció una buena idea. Me dejaron un ordenador y redacte una carta exponiendo todo. Con eso, y con un pago por no se que tasa de salida, conseguimos solucionarlo. Luego otra vez vuelta a Comandancia de Puerto, recoger el nuevo despacho y por fin todo ok. 2 horas y mucha energia desperdiciadas en algo que se podría haber resuelto en 5 minutos.

Sobre las 11 hora local bajabamos por el río y saliamos por la bocana, nuestros buenos amigos Ezequiel y Pedro, así como la mujer e hija pequeña de Poncio nos dieron una afectuosa despedida. Tomamos muchas precauciones al zarpar, tanto por la variabilidad en el calado del rio como por la presencia de pequeñas embarcaciones de pesca en las proximidades en su salida.

En este caso el viento nos acompaña desde el principio, 18-20 nudos del noreste que nos hacen navegar incluso más rápido de lo que queremos, ya que deseamos fodear en la Bahía de las Calderas, a unas 60 millas al suroeste de Santo Domingo, la entrada es compleja, preferimos llegar de día.

Mañana os sigo contando

Sed felices

Kike