Días 1.436 a 1.437 (20 al 21/10/13): El alisio sopla con fuerza

Navegación oceánica en estado puro, eso es lo que estamos viviendo durante estos días de travesía surcando las aguas del Atlántico Sur.

El viento no amaina, sigue fuerte en su deseo de impulsarnos hacia el Norte, camino de la isla de Santa Helena en primera instancia, para luego llevarnos al Ecuador.

La temperatura es baja (17-18ºC), al menos para lo que estábamos acostumbrados últimamente, si a eso se le suma la elevada humedad y el descenso de sensación térmica aparente debido al viento, el resultado es que la ropa de abrigo vuelve a ser la protagonista de nuestro vestuario, si algo se moja ya no se seca y donde mejor se está en los periodos de descanso entre guardias es en el camarote arropado dentro del saco de dormir, son los únicos momentos en los que uno se siente calentito y seco.

No ayuda que el sol haga días que no se digne a aparecer sobre nuestras cabezas, un cielo gris plomizo cubre el horizonte de lado a lado, las nubes son espesas y únicamente dejan pasar algunos rayos de luz directa ocasionalmente, parecen apariciones divinas.

A nuestro alrededor solo hay mar, desde que zarpamos de Sudáfrica no se ha divisado nada en la lejanía, ningún barco ni signo de vida humana, por las noches el radar no detecta más que algún chubasco esporádico y el rebote intermitente de las olas de mayor altura.

El paisaje es bonito a su manera, podría verse como un desierto infinito plagado de abruptas dunas de espuma blanca, como algo monótono, una trampa que te tiene atrapado y amenaza ponerte en problemas o engullirte al menor descuido; en el fondo es una muestra de que el planeta está vivo, las masas de aire australes corren por su superficie para compensar las diferencias de presión originadas por la elevada temperatura de las latitudes ecuatoriales, la fría corriente de Benguela fluye en el interior del océano como sangre por sus venas, transporta infinidad de nutrientes que posibilitarán la rica vida submarina del Oeste de África, el agua se pliega al empuje del viento, se amontona y desplaza en las formaciones que llamamos olas, que rompen cuando por gravedad ya no se soporta el peso de la columna de líquido elemento. Todo forma parte de un sistema que permite que el mundo sea tal y como lo conocemos, y que la vida se desarrolle en sus más escondidos rincones.

Ser capaz de aprovechar la fuerza de estos elementos para desplazarte hacia donde quieres (bueno, más o menos) provoca una henchida sensación de control y libertad, aunque si miras (y ves) a tu alrededor te das cuenta de que en realidad como especie no somos más que unos torpes aficionados que necesitamos infinidad de ayudas y siempre estamos pendientes de un hilo.

No hay más que observar como son capaces de usar el viento las aves marinas, hacen prácticamente lo que quieren, vuelos rasantes entre gigantescas olas en los que rozan con el extremo de sus alas el mar, picados en los que se sumergen y pescan sin mayor problema, y todo esto incluso bajo durísimas condiciones en las que nosotros tenemos suficiente con mantenernos enteros y a flote. O las grandes criaturas marinas, con sus migraciones de miles de millas sin necesidad de ningún aparato que les indique la posición, desarrollando una velocidad superior a la nuestra sin más que mover un poco su cuerpo, con una maniobrabilidad imposible para ningún ingenio naval humano. Ellos son los auténticos señores de los océanos, nosotros no somos más que invitados que deberíamos respetar al máximo un medio que no nos pertenece.

La dirección del viento se cierra, se desplaza progresivamente hacia el Sudeste o Estesudeste, eso implica que nos viene excesivamente de popa y ya no podemos hacer rumbo directo, nos tenemos que desviar para poder mantener un ángulo adecuado con respecto a él, tendremos que hacer bordos, por el momento mantenemos uno casi hacia el Oeste, más adelante tendremos que trasluchar y arrumbar a Norte. Los desvíos implican más millas, que se suman a la larga cuenta que tenemos pendiente, pero si algo hay que aprender en el mar es el estoicismo y la templanza, la situación es la que es, y por mucho que quieras no va a ser de otra manera, sin lamentos uno adapta velas y rumbo, y da gracias porque podría ser mucho peor, siempre puede ser peor, y lo hemos comprobado en multitud de ocasiones.

La vida abordo se ha convertido en una especie de rutina solo alterada por problemas puntuales o necesidad de maniobras, mientras tanto, durante las guardias uno vigila periódicamente velas y sistemas de navegación, haciendo las correcciones oportunas, en los descansos el tiempo es tuyo, para todo aquello que siempre quisiste hacer pero no te daban las horas, cada uno lo emplea como le apetece, además de dormir un poco.

A las 02:00 horas GMT del día 22 nos encontramos en la posición 25º 25’S, 005º 09’E, aproximadamente unas 830 millas al Sudeste de Santa Helena, navegamos rumbo 295º a velocidades entre 8 y 12 nudos, las olas son como montañas rusas y nos aceleran y frenan, tenemos únicamente la mayor desplegada con el primer rizo tomado, viento sostenido de 25-30 nudos del Sudeste, olas de 3-4 metros por popa.

Sed felices

Kike

8 Comments

  • Acabamos de comprobar que a las 7,55 AM de hoy os quedan unas 600 millas, algo mas con los bordos, ya habeis superado dos terceras partes. Mucho ánimo que pronto os espera un descansito en la pequeña Santa Helena para seguir avanzando hacia casa.
    Un fuerte y calentito abrazo

  • «la vida a bordo se ha convertido en una especie de rutina…» incluso en estas situaciones eres capaz de arrancar un texto y convertirlo en un relato maravilloso que hace que el bahari tambien cuente con nosotros como tripulacion.

  • Bravo Kike: esos momentos de contemplar lo que nos sucede, solo embellece vuestro viaje y el relato. Buen viento y buena mar marinero

  • Espero que el trayecto que os queda hasta Santa Elena tengais la visita del Sol y el Rey Neptuno apacigue un poco las olas. Ya estais mas cerca de casa. Un abrazo.

  • Bonito relato, nos da que pensar, el hombre se cree el dueño del Universo y sin embargo existen a nuestro alrededor seres capaces de realizar multitud de cosas de forma mucho
    mas sencilla que nosotros. Un fuerte abrazo marineros.

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