Días 915 a 917 (17 al 19/5/2012): Rumbo a las Tuamotu (la visión de Daniel)

Daniel, mi amigo suizo que nos acompañará durante unos días, ha querido colaborar en el blog contando su visión de estas últimas jornadas, lo que me parece una excelente idea para transmitiros las experiencias pueden vivir en Aventura Oceánica los que se unen a nosotros en alguna ocasión. El texto original es en francés, he hecho la traducción lo más literal posible para transmitiros sus sensaciones.
LUNES (14/5/2012)
Llegada sin problemas en el horario previsto   Una navette nos lleva del aeropuerto de Bora-Bora a dos pasos de la marina, después un taxi hasta el restaurante Maikai, no confundir con el hotel Maitai…
Hugo, (un argentino que conoció Aventura Oceánica en la red y que ha acompañado a los aventureros durante 3 meses y medio) y Henry (otro amigo suizo) llegan al mismo tiempo que nosotros a la marina con la embarcación auxiliar y el desayuno… Afortunadamente el restaurante no estaba todavía abierto. Reencuentro con Kike en el barco, nos pellizcamos para estar seguros de que es cierto. Joloc duerme todavía.
Desayuno, toma de posesión del camarote y ronda de cervezas en la marina para despedir a Theo y Hugo que regresan a sus casas. Después un poco de snorkel (buceo con gafas y tuba) en el lagoon, meros, peces cirujano… ¡magnífico!
Olga tiene frío, un plato de pasta para cenar y a dormir.
MARTES
Despertar bajo un sol ya estallante, café y marcha al hyperU (supermercado) del lugar, con l’alinghi (nombre con que han bautizado la dinghy, como también se conoce a la embarcación auxiliar). Un café en la terraza del pantalán más próximo y directos al supermercado… ¡Guau! Cada uno coge una cesta para comprar lo que quiera   Desayuno de chorizo y gruyere para unos, mermelada para otros.
Día de snorkeling en el mismo lugar, barcos de buceo en la proximidad, con plomos (peso de buceo), licras, neoprenos, y gopro…  Durante el buceo nos encontramos un aquascooter con dos turistas japoneses en su interior. Después un paseo frente a las cabañas flotantes del Hilton y visita de la única playa natural de Bora-Bora, allí encontramos águilas marinas revoloteando a poca profundidad. Regreso magnífico con la zodiac, contemplamos una cacería durante la puesta de sol, los peces saltan del agua, los pájaros los atrapan, los lanzan en pleno vuelo y otros llegan a atraparlos de nuevo.
Lentejas de Joloc para cenar, una delicia. Jam session (sesión de música) con Joloc, mientras Kike y Henry llenan los depósitos de agua de la marina y recargan las botellas de aire comprimido.
MIERCOLES
Nos despertamos temprano, hoy Joloc y Kike van a bucear en el exterior del arrecife, el resto de la tripulación prepara el barco para la hora de zarpar. El Bahari está rodeado de peces que parecen querer esconderse a la sombra del sol, algunos amarillos, con o sin rayas, después grises plateados con un gran ojo redondo y negro. Entre limpieza y limpieza, un poco de gafas y tuba de bucear… 5 ó 6 grandes peces (¿jureles?) vienen a cazar los pequeños grises. ¡Hay miles! En el momento los grandes atacan es increíble, se organizan de diversas formas.
Los buceadores vuelven, se han encontrado cara a cara con tiburones limón de más de 4 metros de longitud, emociones fuertes. Una pequeña pausa para tomar un sándwich, atún con queso blanco o chorizo con queso gruyer y cebolla, ¡ñam!. Zarpamos de Bora-Bora después del mediodía, el paisaje es impactante, la isla está cubierta de vegetación verde profunda, las hojas de los árboles brillan bajo el sol, un pico majestuoso en la cima que contrata con un cielo azul profundo, algunas nubes que se cuelgan de él y un mar azul marino, las olas sobre el arrecife, los ojos miran en todas direcciones y las sonrisas van de oreja a oreja.
Olga no está en sus mejores momentos, un Sudoku en el interior del barco no perdona, pero para olvidar todo esto Henry nos agasaja con una súper cena, patatas fritas en rodajas y una enorme cortada de ternera cada uno. Organizamos las guardias, cada uno hará 3 horas, Kike empezará a las 21 horas, después yo, Joloc y Henry. La noche es cálida, Olga se despierta varias veces, alternamos mayor y génova, sin génova, con génova, a motor, sin motor, etc. Intentamos mantener el rumbo por encima de Moorea hacia Papeete.
JUEVES
Rumbo sin cambios y viento regular; un pez fino y largo entorno a un metro ha picado (para los que leyeran el reporte, de la misma especie que “el monstruo de las profundidades”), pero no lo hemos escuchado… otros peces lo han mordido, lo tiramos al mar 
Olga nos hace olvidarlo con una buena ensalada de pasta, a pesar de algunas averías (pre filtro de la potabilizadora, pantallazo azul del ordenador de a bordo, bomba para transferir el gasoil de los bidones al depósito, cargador de la cámara de fotos que se vuelve loco…). Nada especial aparte de dos troncos de árbol que flotan, un par de peces voladores vistos en la distancia, un gran albatros que se sitúa justo detrás de la bandera española y una degustación de leche de coco helada, ¡delicioso!  Una jornada tranquila, en la que cada uno hace una siesta cuando quiere, termina con una puesta de sol invisible, pero con nubes violeta y un mar completamente rojo.
Para cenar, una especialidad de Kike que no podrá hacer una segunda vez, dado que es improvisada, pero dentro hay mojama (atún salado y seco conservado en aceite). Son las 23 horas y estamos a 4 horas de Papeete.
VIERNES
Llegada al puerto de Papeete sobre las 3 de la mañana, todo el mundo sale a cubierta menos Olga, todavía buceando sobre los brazos de Morfeo. Amarramos sin problemas en el pantalán y nos acostamos enseguida. Olga es la primera en pié, se despierta en medio de la ciudad, una impresión extraña después de la calma de la travesía. Kike me ha pedido despertar a todo el mundo entre las 7 y las 8, para afrontar esta jornada llena de cosas que hacer.
Mientras que Kike se pelea con correos y la aduana del puerto para poder recuperar una cámara digital comprada por Internet, nosotros partimos a descubrir el mercado de Papeete. Café, zumo de frutas y croissant en una terraza. Percibimos las primeras tendencias del lugar, nos llama la atención los precios desorbitados y el elevado porcentaje de hombres afeminados (rae-rae). El paseo es magnífico: flores, frutas, verduras, pescados, recuerdos (aceite de monoi, vainilla, conchas, pareos, te y café de coco y vainilla, tallas de madera, etc.).  Cita en el barco para las compras, Joloc y Henry irán a por las verduras, Olga, Kike y yo al Champion. Regresamos al barco en taxi para poder recoger los bidones y repostar gasoil, 6 bidones de 30 litros. Después hacemos una última visita al mercado, donde compramos huevos y 2 kilos de atún para conjurar la mala suerte en la pesca. Acabamos de organizar todo y salimos a cenar en las famosas roulottes,  el atún crudo es el plato principal, en tartare, crudo con leche de coco, ceviche, etc. De regreso al barco los últimos preparativos, confirmar la meteorología y zarpamos de nuevo, sobre la 1 de la mañana, 170 millas por delante hasta las Tuamotu.
SABADO
Despierto a Joloc una primera vez durante mi guardia (de 3 a 6 de la mañana), un chubasco nos hace aumentar la velocidad de 6 a 9 nudos en segundos, medio dormido, me espeta un “larga la mayor” (pero de buen rollo).  Voy a pelearme con el carro, la mayor, la escota, el winche y el stopper, después él llega, hace lo necesario en menos de 3 segundos y vuelve a la cama. Al rato el génova empieza a flamear, no llego a fijarlo correctamente, vuelve, tira del balumero y vuelve a acostarse.
El amanecer es magnífico, hay rayos verdes que se dibujan con la sombra de las nubes, la luna está en medio, justo sobre el sol que todavía se esconde. Olga llega, iba a acostarme, pero un mercante nos pisa los talones a menos de 4 millas, pasa a derecha e izquierda del radar, se diría que quiere pasar por babor, pero no podemos ir más a estribor porque estamos ya ciñendo a rabiar… Kike, medio dormido, nos dice que dadas las condiciones no hagamos nada hasta que estemos a una milla de distancia, tenemos prioridad… Y funciona, con el mercante que pasa por estribor contrariamente a lo que creíamos. En ese momento ya decido irme definitivamente a la cama, pero a Olga, que preparaba el café, una gran ola le vuelca al suelo todo el contenido del filtro, acaba esparcido por todos lados.
De nuevo una jornada tranquila en la que ciñendo de un bordo avanzamos dirección Tikehau, con velocidad media de 7 nudos. En la mañana Joloc, más habituado a las sacudidas del barco, nos prepara el café, acabará enseñándonos a relajar el cuerpo, con la actitud del mono, para no caernos. Kike nos explica como desplazarnos por el barco, una mano para ti, y otra para el barco, hay que cogerse siempre, menos mal, porque estamos llenos de moratones. La comida llega tarde, Joloc prepara un arroz con verduras mientras una ola que entra por la escotilla aterriza sobre la cacerola y esparce el líquido amarillo por todos lados, segunda limpieza del suelo durante el día. Estamos tan cansados que todo el mundo, salvo el de guardia, se queda dormido, nos saltamos la cena.
Daniel Rappo

Daniel, mi amigo suizo que nos acompañará durante unos días, ha querido colaborar en el blog contando su visión de estas últimas jornadas, lo que me parece una excelente idea para transmitiros las experiencias pueden vivir en Aventura Oceánica los que se unen a nosotros en alguna ocasión. El texto original es en francés, he hecho la traducción lo más literal posible para transmitiros sus sensaciones.

LUNES (14/5/2012)

Llegada sin problemas en el horario previsto   Una navette nos lleva del aeropuerto de Bora-Bora a dos pasos de la marina, después un taxi hasta el restaurante Maikai, no confundir con el hotel Maitai…

Hugo, (un argentino que conoció Aventura Oceánica en la red y que ha acompañado a los aventureros durante 3 meses y medio) y Henry (otro amigo suizo) llegan al mismo tiempo que nosotros a la marina con la embarcación auxiliar y el desayuno… Afortunadamente el restaurante no estaba todavía abierto. Reencuentro con Kike en el barco, nos pellizcamos para estar seguros de que es cierto. Joloc duerme todavía.

Desayuno, toma de posesión del camarote y ronda de cervezas en la marina para despedir a Theo y Hugo que regresan a sus casas. Después un poco de snorkel (buceo con gafas y tuba) en el lagoon, meros, peces cirujano… ¡magnífico!

Olga tiene frío, un plato de pasta para cenar y a dormir.

MARTES

Despertar bajo un sol ya estallante, café y marcha al hyperU (supermercado) del lugar, con l’alinghi (nombre con que han bautizado la dinghy, como también se conoce a la embarcación auxiliar). Un café en la terraza del pantalán más próximo y directos al supermercado… ¡Guau! Cada uno coge una cesta para comprar lo que quiera   Desayuno de chorizo y gruyere para unos, mermelada para otros.

Día de snorkeling en el mismo lugar, barcos de buceo en la proximidad, con plomos (peso de buceo), licras, neoprenos, y gopro…  Durante el buceo nos encontramos un aquascooter con dos turistas japoneses en su interior. Después un paseo frente a las cabañas flotantes del Hilton y visita de la única playa natural de Bora-Bora, allí encontramos águilas marinas revoloteando a poca profundidad. Regreso magnífico con la zodiac, contemplamos una cacería durante la puesta de sol, los peces saltan del agua, los pájaros los atrapan, los lanzan en pleno vuelo y otros llegan a atraparlos de nuevo.

Lentejas de Joloc para cenar, una delicia. Jam session (sesión de música) con Joloc, mientras Kike y Henry llenan los depósitos de agua de la marina y recargan las botellas de aire comprimido.

MIERCOLES

Nos despertamos temprano, hoy Joloc y Kike van a bucear en el exterior del arrecife, el resto de la tripulación prepara el barco para la hora de zarpar. El Bahari está rodeado de peces que parecen querer esconderse a la sombra del sol, algunos amarillos, con o sin rayas, después grises plateados con un gran ojo redondo y negro. Entre limpieza y limpieza, un poco de gafas y tuba de bucear… 5 ó 6 grandes peces (¿jureles?) vienen a cazar los pequeños grises. ¡Hay miles! En el momento los grandes atacan es increíble, se organizan de diversas formas.

Los buceadores vuelven, se han encontrado cara a cara con tiburones limón de más de 4 metros de longitud, emociones fuertes. Una pequeña pausa para tomar un sándwich, atún con queso blanco o chorizo con queso gruyer y cebolla, ¡ñam!. Zarpamos de Bora-Bora después del mediodía, el paisaje es impactante, la isla está cubierta de vegetación verde profunda, las hojas de los árboles brillan bajo el sol, un pico majestuoso en la cima que contrata con un cielo azul profundo, algunas nubes que se cuelgan de él y un mar azul marino, las olas sobre el arrecife, los ojos miran en todas direcciones y las sonrisas van de oreja a oreja.

Olga no está en sus mejores momentos, un Sudoku en el interior del barco no perdona, pero para olvidar todo esto Henry nos agasaja con una súper cena, patatas fritas en rodajas y una enorme cortada de ternera cada uno. Organizamos las guardias, cada uno hará 3 horas, Kike empezará a las 21 horas, después yo, Joloc y Henry. La noche es cálida, Olga se despierta varias veces, alternamos mayor y génova, sin génova, con génova, a motor, sin motor, etc. Intentamos mantener el rumbo por encima de Moorea hacia Papeete.

JUEVES

Rumbo sin cambios y viento regular; un pez fino y largo entorno a un metro ha picado (para los que leyeran el reporte, de la misma especie que “el monstruo de las profundidades”), pero no lo hemos escuchado… otros peces lo han mordido, lo tiramos al mar 

Olga nos hace olvidarlo con una buena ensalada de pasta, a pesar de algunas averías (pre filtro de la potabilizadora, pantallazo azul del ordenador de a bordo, bomba para transferir el gasoil de los bidones al depósito, cargador de la cámara de fotos que se vuelve loco…). Nada especial aparte de dos troncos de árbol que flotan, un par de peces voladores vistos en la distancia, un gran albatros que se sitúa justo detrás de la bandera española y una degustación de leche de coco helada, ¡delicioso!  Una jornada tranquila, en la que cada uno hace una siesta cuando quiere, termina con una puesta de sol invisible, pero con nubes violeta y un mar completamente rojo.

Para cenar, una especialidad de Kike que no podrá hacer una segunda vez, dado que es improvisada, pero dentro hay mojama (atún salado y seco conservado en aceite). Son las 23 horas y estamos a 4 horas de Papeete.

VIERNES

Llegada al puerto de Papeete sobre las 3 de la mañana, todo el mundo sale a cubierta menos Olga, todavía buceando sobre los brazos de Morfeo. Amarramos sin problemas en el pantalán y nos acostamos enseguida. Olga es la primera en pié, se despierta en medio de la ciudad, una impresión extraña después de la calma de la travesía. Kike me ha pedido despertar a todo el mundo entre las 7 y las 8, para afrontar esta jornada llena de cosas que hacer.

Mientras que Kike se pelea con correos y la aduana del puerto para poder recuperar una cámara digital comprada por Internet, nosotros partimos a descubrir el mercado de Papeete. Café, zumo de frutas y croissant en una terraza. Percibimos las primeras tendencias del lugar, nos llama la atención los precios desorbitados y el elevado porcentaje de hombres afeminados (rae-rae). El paseo es magnífico: flores, frutas, verduras, pescados, recuerdos (aceite de monoi, vainilla, conchas, pareos, te y café de coco y vainilla, tallas de madera, etc.).  Cita en el barco para las compras, Joloc y Henry irán a por las verduras, Olga, Kike y yo al Champion. Regresamos al barco en taxi para poder recoger los bidones y repostar gasoil, 6 bidones de 30 litros. Después hacemos una última visita al mercado, donde compramos huevos y 2 kilos de atún para conjurar la mala suerte en la pesca. Acabamos de organizar todo y salimos a cenar en las famosas roulottes,  el atún crudo es el plato principal, en tartare, crudo con leche de coco, ceviche, etc. De regreso al barco los últimos preparativos, confirmar la meteorología y zarpamos de nuevo, sobre la 1 de la mañana, 170 millas por delante hasta las Tuamotu.

SABADO

Despierto a Joloc una primera vez durante mi guardia (de 3 a 6 de la mañana), un chubasco nos hace aumentar la velocidad de 6 a 9 nudos en segundos, medio dormido, me espeta un “larga la mayor” (pero de buen rollo).  Voy a pelearme con el carro, la mayor, la escota, el winche y el stopper, después él llega, hace lo necesario en menos de 3 segundos y vuelve a la cama. Al rato el génova empieza a flamear, no llego a fijarlo correctamente, vuelve, tira del balumero y vuelve a acostarse.

El amanecer es magnífico, hay rayos verdes que se dibujan con la sombra de las nubes, la luna está en medio, justo sobre el sol que todavía se esconde. Olga llega, iba a acostarme, pero un mercante nos pisa los talones a menos de 4 millas, pasa a derecha e izquierda del radar, se diría que quiere pasar por babor, pero no podemos ir más a estribor porque estamos ya ciñendo a rabiar… Kike, medio dormido, nos dice que dadas las condiciones no hagamos nada hasta que estemos a una milla de distancia, tenemos prioridad… Y funciona, con el mercante que pasa por estribor contrariamente a lo que creíamos. En ese momento ya decido irme definitivamente a la cama, pero a Olga, que preparaba el café, una gran ola le vuelca al suelo todo el contenido del filtro, acaba esparcido por todos lados.

De nuevo una jornada tranquila en la que ciñendo de un bordo avanzamos dirección Tikehau, con velocidad media de 7 nudos. En la mañana Joloc, más habituado a las sacudidas del barco, nos prepara el café, acabará enseñándonos a relajar el cuerpo, con la actitud del mono, para no caernos. Kike nos explica como desplazarnos por el barco, una mano para ti, y otra para el barco, hay que cogerse siempre, menos mal, porque estamos llenos de moratones. La comida llega tarde, Joloc prepara un arroz con verduras mientras una ola que entra por la escotilla aterriza sobre la cacerola y esparce el líquido amarillo por todos lados, segunda limpieza del suelo durante el día. Estamos tan cansados que todo el mundo, salvo el de guardia, se queda dormido, nos saltamos la cena.

Daniel Rappo

8 Comments

  • Hola, Jordi amigo de Joloc en Mallorca, mensaje para Fidji: Ed Ziemer, antiguo propietario del GALAXIE de Joves Navegants está viviendo en FIDJI, adjunto su email imeazyed@ocea.es para que le escribáis antes de llegar ahi y contactéis con el si tenéis oportunidad. Ha navegado muchos años por todo el pacífico y alrededor del mundo y seguro que será interesante el encuentro. Esta semana he recogido en su casa de Palma las cartas de navegación del GALAXIE, como trescientas de todo el mundo. Se ha quedado únicamente las de FIDJI por si alguien va para allá y se las puede llevar.
    Si consigo más datos de donde anda exactamente os lo mando.
    Saludos y seguid disfrutando, cabrones! un abrazo.

  • Hola, camaradas de mar.

    Ya veo que seguís disfrutando como el primer día. Me parece muy adecuado que el Roll de Abordo participe en el cuaderno de bitácora del Blog, pues enriquecerá sin duda alguna lo que serán en su día las memorias de un viaje lejendario.

    Como a muchos españoles a los que en los últimos años les ha fallado su plan «A», a mí tb me ha ocurrido, en estos momentos estoy desarrollando empresa própia, pero en cuanto consiga refinanciarme os solicitaré plaza abordo. Espero que llegue almenos a los últimos tramos del viaje.
    Recibid un fuerte abrazo y buena próa.

  • Hola amigos,
    El titulo «la visión de Daniel» parece un poco bíblica! No? Faltaba un León! Ahora no falta tripulación, y las guardias son cortas… Estoy esperando todo los días a suas noticias.
    Mais il me semble que Daniel pourrait très bien écrire en français, car je pense que tous le comprennent, n’est ce pas? A mesure que de nouvelles aventures seront vécues, chacun d’entre vous devrait rédiger quelque chose…… Juste pour donner a Kike quelques jours de relâche.
    Hasta luego, sean felices,

    Francis

  • Me gusta que podáis contar las vivencias de los acompañantes, es una visión de la travesía nueva e interesante. Un fuerte abrazo y buen viento.

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