Día 42 (26/12/09): De la erupción volcánica al paraiso
La travesía desde Martinica ha sido tranquila, demasiado desde mi punto de vista, nada de viento, salvo un par de horas todo a motor, con lo único que teniamos que tener cuidado era con evitar las islas y arrecifes, así que siempre un ojo atento al plotter y al programa de cartografía para estar seguros en todo momento que los rumbos eran correctos.
Durante la noche, tras la cena, estaba en cubierta al inicio de mi guardia, todo estaba tranquilo, al través por estribor teniamos la isla de Montserrat (si, se llama así, no me he equivocado, y esta en el Caribe, podeis comprobarlo en un mapa). La isla tiene dos zonas claramente diferenciadas, una más baja al norte, llena de luces, donde se concentra la actividad y otra más al sur, con una montaña enorme deshabitada. De repente vi una luz extraña en la cima de la montaña, no eran casas ni carreteras, era otra cosa…
A pesar de que era por la noche, se distinguía claramente una especie de nube tipo hongo por encima, rápidamente até cabos, se trataba de ¡una erupción volcánica!
Así es, se veían claramente dos rios de lava que descendían por la ladera de la montaña, de vez en cuando se apreciaba una fuerte llamarada, supongo que árboles incendiados al verse envueltos por el infierno del magma.
Tomamos unos prismáticos y el monocular de visión nocturna (por infrarrojos) para apreciar mejor tan bello y destructivo espectáculo, nos alegrabamos de estar a distancia. La cuestión es que con la curiosidad del momento a ninguno de los dos se nos ocurrió ir a ver lo que decia la guía, cuando lo hice, al cabo del rato, me di cuenta que habia una zona de exclusión de navegación alrededor del volcan, que esta activo desde hace unos años, y efectivamente, como no podia ser de otra manera, habiamos pasado por ella, es decir, existia la remota posibilidad de que nos hubiera caido encima alguna de las piedras que lanza al aire un fenómeno de este tipo, afortunadamente que no fué así…
Tras sentirnos afortunados por haber sido testigos de este evento seguimos navegando, a las 16 horas aprox. hemos llegdo a Anguila, a Road Bay, un verdadero paraiso
Me recuerda mucho a Formentera, pero con una enorme cantidad de pequeñas islas declaradas paraiso natural, mañana iremos a visitar alguna de ellas, lo que hemos visto promete.
Creo que es la primera vez que me siento de verdad en el Caribe, un pueblo pequeño y tranquilo, playas excelentes, cocoteros, en fin, una delicia.
Mañana os cuento más cosas, estan cerrando el bar desde el que estoy accediendo por WiFi y me estan mirando mal
Sed felices
Kike
Protegido: Día 41 (25/12/09): Navidad en el mar
Día 40 (24/12/09): ¡Feliz Navidad!
Si no fuera por la fecha que me indica el reloj y por los contactos que tengo con España nadie diría que hoy es Nochebuena, por las calles no hay ni decoración ni ambiente navideño. Algún barco aislado ha colgado lucecitas en el mástil o en el guardamancebos (cables alrededor del barco que protegen para que la gente no se caiga) y alguna tienda decorada con motivos navideños, pero poco más. Y el clima tampoco ayuda mucho, un calor sofocante, más incluso que en St. Lucía.
Nuestra jornada ha comenzado a las 8 de la mañana hora local, teníamos que hacer algunas cosas antes de salir de Marin y luego ir a Fort de France, la capital de Martinica y principal núcleo urbano. Pronto nos hemos dado cuenta de que era imposible hacer todo llegando a tiempo en ambos lugares, así que nos teníamos que dividir, en cualquier caso yo tenía que ir a la ciudad a una reunión, así que Jose Carlos se ha quedado aquí resolviendo las cosas de Marin (velería, acastillaje, pequeñas cosas a resolver en el barco…).
A pesar de ser una isla pequeña y que las distancias no son largas, es lento y complicado desplazarse dentro de ella. Fort de France esta a unos 40 Km, pero puedes tardar casi una hora en el mejor de los casos y dos si hay tráfico. La mejor manera de desplazarse es mediante los taxis colectivos, una especie de furgonetilla con un recorrido fijo a la que la gente se va subiendo y cuando esta llena sale hacia su destino. Ha sido simpático compartir un trayecto con los habitantes locales, es en este tipo de situaciones en las que ves su día a día, sus costumbres, como se comportan entre ellos, su amabilidad, etc. Salvo por el calor, el ruido y por decirlo finamente, el aroma, una experiencia muy recomendable.
Fort de France es una ciudad colorida, con un estilo colonial, que guarda algunas reminiscencias de lo que debió ser en épocas anteriores mezclado con modernos comercios en los que puedes encontrar de casi todo. La ciudad es enorme en cuanto a extensión, ya que las construcciones son muy bajas y en ella se concentra prácticamente la mitad de la población de Martinica (200.000 de los 400.000 habitantes).
Mi cita era una visita de cortesía al Presidente del Propeller Club de Martinica. Yo soy miembro del Propeller Club de Valencia, grupo de interés acerca de la logística y el negocio marítimo, que a su vez es uno de los patrocinadores de Aventura Oceánica, y dentro de este marco ejercemos de «embajada flotante» del mismo, presentando respetos e iniciando relaciones con los Propellers Club de los puertos por los que vayamos pasando. La acogida ha sido extraordinaria, hemos tenido una agradable comida en un sitio con unas vistas excepcionales a la bahía, en la que hemos compartido problemáticas actuales del negocio marítimo y de la economía en general, así como otros aspectos más cotidianos de la vida en nuestros países o del proyecto Aventura Oceánica. Tras la comida se ha unido a nosotros el Vicepresidente y tesorero, persona muy activa en la economía local.
Una vez cumplidas mis tareas el Fort de France (además de la cita del Propeller tenía que hacer gestiones en bancos, escanear documentos, etc.), taxi comunitario de vuelta a Marin y vuelta al barco.
En este momento nos estamos preparando para salir, son las 7 y media de la tarde aquí, como tampoco vamos a hacer nada especial para la cena de nochebuena, y mañana es navidad y estará todo cerrado, preferimos ir ganando millas hasta nuestro destino, Anguilla.
Nochebuena y Navidad navegando, muy lejos de los mios, no voy a ocultar que tengo un poco de «morriña» (igual más que un poco), pero es lo que hay, la pasaré acompañado de las estrellas, la luna, el viento y el mar, y por supuesto todos aquellos que nos seguís y animais, sabiendo que estais ahi notaré vuestro calor…
Abrazos y besos enormes para todos, y sobre todo desearos ¡Feliz Navidad!, pasadlo genial y no olvideis abrazar y besar a los que quereis, vosotros que podeis…
Sed felices
Kike