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Día 393 (12/12/2010): Problemas con el motor

Hay veces que esto parece más una yincana, que una vuelta al mundo como es, el destino nos sigue poniendo pruebas a todos los niveles a las que parece que estamos condenados a solucionar, desde luego no siempre nos lo pone fácil. Tampoco quiero verlo en sentido negativo, pero a veces te planteas que es alto el precio que tienes que pagar por cumplir tus sueños.

En la noche el viento siguió subiendo, parece que por estas zonas no tiene muy claro el concepto de viento suave, cuando se estableció de forma permanente en los 30-35 nudos pretendía arañar sus límites en las rachas de 40. Permanentemente tuvimos que ir ajustando velas y rumbo, puesto que íbamos pasados de trapo y arriar en esas condiciones no era tarea fácil, con alguno que otro susto lo conseguimos.

A cambio de torear con el vendaval alcanzamos velocidades de vértigo, manteniendo 10-12 nudos constantes, y hemos andado bien a pesar de todo, aunque hayamos tenido que sacrificar rumbo para mejorar condiciones de navegación.

Todo iba razonablemente bien, dentro de las duras condiciones de viento, mar y frio, hasta que de repente ha comenzado a fallar el motor.

De buena mañana hemos comenzado con los intentos de reparación, aparentemente no entraba bastante gasoil, así que hemos probado cambiando filtro y prefiltro de gasoil, limpiando en circuito, ajustando cosas, pero nada, él solito se bajaba de revoluciones y se llegaba a parar.

La situación se ha complicado un poco cuando se nos ha vuelto a poner de proa, ahí hemos echado de menos el empuje para avanzar más en la dirección correcta, de hecho durante varios intervalos hemos estado parados en medio del mar intentando solucionar el problema.

Haciendo bordos y avanzando como podíamos hemos llegado hasta la entrada de la bahía sur de Península Valdés, donde se encuentra Puerto Madryn. En ese momento el viento que tanto nos ha castigado se ha hecho perezoso y nos ha abandonado, solos, prácticamente parados en un punto en el que la corriente vaciante puede superar los 3 nudos, más de la velocidad que llevábamos.

Hemos lidiado como mejor se nos ha dado a enteder, tratando de avanzar, hasta el momento en el que conversando por la emisora con Miguel, nuestro ángel de la guarda en tierra estos días, nos ha sugerido la posibilidad de alimentar directamente al motor desde un bidón eliminando todo el circuito, pues no habíamos caído en eso…

Nos hemos puesto manos a la obra, y al principio ha funcionado, solo nos sorprendía la velocidad con la que consumía las garrafas, luego lo hemos pensado, es el retorno, y efectivamente, menos mal que nos hemos dado cuenta, el depósito estaba ya lleno. Ahí ha surgido la idea definitiva, sustituir el circuito por una tirada directa del depósito al filtro, y eso ha funcionado, vamos, está funcionando, así que queda claro que el problema está en el manguito o en el prefiltro, lo resolveremos al llegar a puerto.

En este momento estamos a unas 20 millas de Puerto Madryn, a las 00:20 GMT, si todo va bien en 2,5 horas llegaremos, hoy dormiremos fondeados, tras estos duros días movidos a buen seguro lo agradeceremos. Mañana nos tendremos que poner en marcha para solucionar todos los problemas, la escala será breve, máxima un par de días, Ushuaia nos espera, y no queremos hacernos de rogar.

Sed felices.

Kike

Día 391 (10/12/2010): Y del cielo llovieron piedras…

¿Os acordáis del chubasco del que os hablaba ayer? Pues efectivamente pasó por nuestra popa, pero muy justo, lo vimos de cerca. El problema fue que a éste le siguieron varios más, uno de ellos de un tamaño espectacular, ocupaba casi toda la pantalla del radar, de ese teníamos claro que no nos librábamos.

Asumiendo la situación preparamos el barco para lo peor, ya había caído la noche, recogimos génova para reducir trapo y dejamos solo la mayor con el primer rizo, en caso de necesidad sabemos que con eso y un poco de motor podemos capear hasta más de 40 nudos durante un rato, cerramos todo y a esperar que el monstruo se fuera acercando.

Su aspecto impresionaba, no solo por su tamaño, también por su desarrollo vertical, su color oscuro y sobre todo por la cantidad de rayos que no paraban de brotar de su interior. Eso me preocupaba un poco, puesto que no tenemos el palo conectado a masa, si nos cayera un rayo encima creo que las consecuencias serian bastante desastrosas, en mis previsiones pensaba pasar una cadena por la base del palo y lanzar su extremo al agua en casos similares, pero esto es poco operativo, en fin, ya poco se podía hacer.

Esperamos pacientemente su aproximación y que de un momento a otro el vendaval nos revolcara, pero no fue así, el viento apenas varió cuando se situó sobre nuestras cabezas, sin embargo si empezó a diluviar, y al momento la lluvia se transformó en granizo del tamaño de garbanzos, tuvimos que protegernos porque hacía daño, temimos que pudiera hacer algún desperfecto en placas solares o toldos, pero afortunadamente no fue así. Creo que es la primera vez que nos graniza desde que salimos de Valencia, pero como veo la meteorología por aquí también pienso que no será la última.

Pasados los chubascos la situación se tranquilizó y la noche no nos ha dado más sustos, hemos podido navegar a vela a buen ritmo.

La previsión de vientos de Norte para la jornada no se ha cumplido exactamente, ha sido más bien un Noroeste de 15 a 20 nudos, lo que nos ha permitido avanzar a unos 7 nudos de velocidad con el viento entre el descuartelar y el través (entre 60º y 90º contados desde la proa). El tamaño de la ola estaba entorno a 1 metro, nada incomoda para ese rumbo.

El sol nos ha vuelto a regalar su luz y su calor, así que hemos pasado más tiempo en cubierta aprovechándolo que en el interior del barco.

Entorno al mediodía he podido disfrutar de unas horas de paz y fusión con el entorno que me han cargado las pilas enormemente, solo, sentado en un lateral, sintiendo el viento y sol en mi cara, contemplando el horizonte y las hipnotizadoras olas pasar, notando como el barco se deslizaba suavemente sobre ellas con un ligero cabeceo, me sigue pareciendo increíble cómo puede haber tanta belleza, tanta armonía, momentos tan especiales, y que muchas veces pasen por delante de nosotros sin disfrutar de la felicidad que te pueden proporcionar. He podido reflexionar y meditar sobre muchas cosas, sabía que Aventura Oceánica, además de una vuelta al mundo a vela, iba a ser un viaje hacia mi interior, pero no sabía hasta que punto.

Hoy hemos podido contemplar otra escena espectacular, una manada de delfines en pleno proceso de pesca. A unos 50 metros por nuestro babor el agua parecía hervir con unos chapoteos muy extraño, las gaviotas se concentraban en ese punto sin parar de revolotear y lanzarse al agua. Observando detalladamente hemos divisado los delfines haciendo maniobras en grupo para atacar lo que debía ser un banco de peces, impresiona ver la naturaleza así, en primera plana. Lo cierto es que estas aguas están plagadas de delfines, no paran de acompañarnos, aparecen cada pocas horas bien sea por el día o por la noche, nunca los habíamos visto tan frecuentemente.

También hemos tenido buenas noticias relacionadas con la meteorología, el frente de sur que nos preocupaba desde que zarpamos de Buenos Aires parece que no será tan fuerte y se confirma que durará poco más de 24 horas. Esperamos que el viento de proa comience a entrar en la madrugada, lo que nos obligará a ceñir y hacer bordos, pero contra una intensidad razonable, unos 20-25 nudos con rachas que pueden llegar a los 35, pero no los más de 40 que esperábamos durante varios días. Siendo así creo que podremos llegar a Península Valdés a lo largo del domingo, hasta llegar allí lo vamos a tener movido, pero bueno, es parte del camino.

En este momento (23:31 GMT) nuestra posición es 40º30’S, 060º22’W, más o menos a la altura de Vielma. Tenemos unos 15-17 nudos de aleta que nos impulsan a casi 8 nudos rumbo 237, casi directo a la entrada de la bahía donde se encuentra Puerto Madryn. 1.153 millas nos separan de Ushuaia.

Mañana os cuento que tal llevamos el viento de sur.

Sed felices.

Kike